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El sitio arqueológico "La Pintada" tiene más de dos mil pinturas rupestres con diferentes diseños y estilos, elaboradas por indígenas que se asentaron en el lugar antes de la llegada de los españoles a esta zona de México.
Esa región, ubicada a unos 60 kilómetros al sur de esta capital, es considerada como patrimonio cultural por la confluencia de diversos grupos étnicos que plasmaron sus pinturas rupestres, consideradas como inéditas.
En "La Pintada" hay pinturas prehispánicas plasmadas antes de la llegada de los españoles y otras datan de los siglos XVI y XVII, con formas de animales, antropomorfas y de jinetes, entre otras, que muestran la interpretación del entorno de los indígenas.
La arqueóloga e investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Eréndira Contreras Barragán, dijo que los grabados reflejan un carácter visual y religioso de grupos étnicos de la costa y otras regiones de Sonora.
Destacó que el sitio es uno de los más importantes en Sonora, al poseer componentes que lo caracterizan como un campamento a cielo abierto de la vida cotidiana de la gente que se asentó en el lugar, y las más de dos mil pinturas rupestres en el interior del cañón.
El sitio arqueológico reviste importancia por su riqueza y una gran carga de identidad y memoria colectiva, de ahí la necesidad de hacer conciencia y educar a la gente sobre el valor que tiene, a fin de conservarlo como herencia de los antepasados, subrayó.
"La Pintada", ubicada en el tramo Hermosillo-Guaymas de la carretera federal 15 México-Nogales, se encuentra en proceso de restauración para preservar las evidencias del pensamiento y cultura hereditaria de las etnias que poblaron el lugar.
El proyecto de restauración de mediano plazo inició hace siete años e implica la conservación, visita y difusión integral del respeto de los valores culturales y naturales que representa ese sitio, considerado como excepcional por la riqueza que encierra.
Indicó que con el objetivo de contar con información básica del lugar, el INAH Sonora inició en el 2007 un proyecto de investigación académica mediante excavaciones y recorridos para reconstruir la vida de quienes ahí vivieron.
Contreras Barragán recordó que durante muchos años el lugar estuvo descuidado y los visitantes dañaron las pinturas rupestres y realizaron otros actos vandálicos.
Ahora, adelantó, se cuenta con el diseño de una infraestructura básica con andadores y la creación de un Centro de Visitantes con tecnología de punta para una mejor difusión y recreación del sitio.
La especialista del INAH Sonora precisó que el 80 por ciento de los terrenos de ese lugar, que anteriormente eran propiedad privada, ahora forman parte del municipio de Hermosillo.
De acuerdo con información sobre el sitio arqueológico "La Pintada" , se considera uno de los principales atractivos para el visitante nacional y extranjero, por la exhibición de arte rupestre sin paralelo en Sonora.
El lugar está enclavado en el extremo norte de la conocida como "Sierra prieta" , de amplia resonancia en siglos pasados, porque fue el lugar donde se refugiaban grupos de indígenas seris, pimas y yaquis, ante el avance de los españoles.
La conformación geológica de las montañas da lugar a la formación de depósitos de agua, además de cuevas y abrigos que los indígenas utilizaron como sitios de habitación, reposo para sus muertos y santuarios, donde grabaron manifestaciones de su arte.
Las más de dos mil pinturas rupestres han sido investigadas por años y con base a comparaciones con otros vestigios y culturas, se deduce que están relacionadas con la llamada "magia de caza" o "simpática" y ritos de fertilidad.
Ahí fueron plasmadas diferentes figuras, algunas de animales y humanos, artísticamente trazadas en amarillo, negro, ocre, naranja o blanco, colores en su mayoría de origen mineral, consistentes en óxidos de hierro y tierras calizas.
Algunos dibujos de "La Pintada" están relacionados con la proliferación de la caza, como las hembras preñadas o animales machos siguiendo a las hembras; abundan las representaciones de cérvidos, burros y venados que debieron ser su presa principal.
Por su parte, la restauradora del INAH responsable del proyecto, Sandra Cruz Flores, expuso que se busca detener el deterioro de pinturas rupestres con alteraciones graves por grafiti, aunado al deterioro natural del entorno y eso pone en riesgo su permanencia.
"Los tres primeros años fueron para revertir los daños provocados por los visitantes y los más recientes en detener esa alteración natural del soporte, un trabajo que realiza nuestro equipo de restauradores profesionales del INAH y voluntarios capacitados" , dijo.
Refirió que actualmente se llevan a cabo visitas controladas de grupos que se interesan en conocer el lugar, pero es necesario mejorar los procesos educativos para que se entienda la importancia del sitio y su herencia cultural.
Especialistas de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH trabajan desde marzo pasado en el sitio arqueológico y realizan labores de conservación en el panel principal de pinturas rupestres, abundó.
Las actividades corresponden a la novena temporada de trabajo en la que expertos estudian la alteración y afectaciones en el soporte pétreo de las pinturas con problemas de conservación, debido a la exposición a la intemperie y los cambios climáticos.
Además, monitorean las condiciones medioambientales que inciden en las pinturas, así como la temperatura y humedad del sitio, para evaluar los métodos y materiales específicos de intervención.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia realiza las gestiones necesarias que permitan la apertura responsable de este patrimonio cultural de Sonora y de México, con la colaboración de los tres niveles de gobierno y la sociedad civil de Hermosillo.
afcl