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Al hablar de su Stradivarius, hermano del que comenzó a utilizar a la tierna edad de 10 años, el músico ruso Maxim Vengerov aseveró que el violín es el rey de la orquesta porque es el instrumento que mejor imita a la voz humana, y subrayó que su sonoridad le deja emular a la flauta, al corno y a otros instrumentos de aliento de metal.
Al dar una charla desde Mónaco, donde actualmente se encuentra, Vengerov informó que el próximo 11 de junio se presentará en el Palacio de Bellas Artes con un recital en el que interpretará obras de Brahms, Franck y Ravel, acompañado al piano por su compatriota Vag Papian, con quien ha dado numerosos recitales a lo largo de los años.
Vengerov adelantó que el programa que ofrecerá en la Ciudad de México está conformado por lo más popular del repertorio clásico. La primera parte está dedicada a la interpretación de composiciones de Johannes Brahms y la segunda los otros dos compositores y en esa parte actuará junto al pianista Vag Papian.
Aclaró, sin embargo, que el programa no se seleccionó por ser popular, sino porque las obras fueron dedicadas a amigos violinistas por los autores. “En el escenario se notará un diálogo entre el violín y el piano. Todas las piezas son mis favoritas, pero la sonata de Franck es mi predilecta por la técnica interpretativa que demanda a quienes la ejecutan”, añadió el violinista de talla mundial.
Además, “porque emocionalmente se debe elevar el alma a los estándares que esperaba el autor al escribirla”, añadió Vengerov.
Comentó que todo será sorpresa en el concierto que será transmitido en vivió por Internet y a través de la pantalla del corredor “Angela Peralta”, a un costado del Palacio de Bellas Artes.
Al hablar de su dualidad de labores, el también Embajador de Buena Voluntad de la UNICEF destacó que le resulta más comprometido ser director de orquesta por las muchas personas con las que se debe comunicar, mientras que en su calidad de solista su entrega es más placentera por ser él y su violín, nada más, sobre el escenario y ante el público.
Nombrado embajador hace 20 años, Vengerov abundó que tiene oportunidad de interactuar con niños de todo el mundo, a quienes toca en recitales prácticamente personales, como hace dos años en Brasil, sin importar que no hablen el mismo idioma, porque la música los une. En México no visitará a ningún niño porque su agenda está muy apretada.
Recordó que tenía 10 años de edad cuando comenzó a tocar un Stradivarius, lo que le ayudó a encontrar su propio sonido, su voz y la sonoridad de la que hoy goza y transmite en cada concierto alrededor del planeta. Ese sonido, cabe señalar, es el que lo identifica y distingue, lo enorgullece y lo tiene colocado entre los mejores violinistas del mundo actual.
Finalmente, se remitió a un viejo dicho que dice que el ser humano debe aspirar a dos cosas: tener un buen gobernante, y sueños por realizar, en ese sentido, aseguró con esos dos deseos cumplidos las personas viven en armonía, mientras que ante la falta de uno o dos de estos conceptos, el mundo entra en guerras y conflictos.
nrv