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El director y dramaturgo catalán Albert Boadella ha cruzado al fin el Atlántico para estrenar el próximo sábado su obra de teatro musical "El pimiento Verdi" en Buenos Aires, hecho ante lo que se muestra espectante, pues "los argentinos llevan el teatro en la sangre".
Tras el éxito de la pieza en los Teatros del Canal en Madrid, una coproducción con el Teatro San Martín, de Buenos Aires, ha hecho posible que el público argentino disfrute, con un elenco local, de un llamativo duelo musical entre la obra del compositor italiano Giuseppe Verdi y del alemán Richard Wagner, compuesto en 2013 con motivo del bicentenario del nacimiento de ambos.
Para confeccionar este homenaje, Boadella, quien se autoproclama "muy verdiano", optó por escapar "del clásico recital" y confeccionar una historia que evidencie las diferencias entre ambos músicos a la hora de "entender el arte, la música y la vida", según explicó hoy el director y dramaturgo en una rueda de prensa que ofreció en la embajada de España de Buenos Aires.
Para plasmar estas diferencias sobre el escenario, el catalán ideó "un combate musical, y luego ideológico", pero cargado con grandes dosis humorísticas entorno a estos "dos genios musicales de una talla inmensa", remarcó.
"La tragedia hay que tomarla con sentido del humor", señaló el director de "El pimiento Verdi" sobre un espectáculo que cuenta también con "cierta dureza" al recordar el episodio "negro" de la vida de Verdi como antisemita.
El estreno de la obra ante un nuevo público abre para este genio del teatro "una incógnita", pues trabaja con humor, algo que es "muy local", según destacó el director.
"Argentina tiene una afición extraordinaria para lo que es el mundo escénico. Yo casi diría que los argentinos llevan el teatro en la sangre. Y eso, a los del gremio, nos reconforta mucho", afirmó Boadella a sólo unos días del estreno.
Un discurso que prosiguió lamentando que el teatro no forme parte de la vida de España, como si ocurre en Buenos Aires.
Aunque sostuvo que España cuenta con un nivel cultural "aceptable, hoy por hoy", lamentó que no se hable de cuestiones culturales en el Parlamento.
"Yo creo que la cultura lleva a una mejor economía", aseguró Boadella, algo que entiende debería despertar más interés entre los políticos, pues para el dramaturgo, la cultura es "la felicidad barata".
La obra con la que ahora espera encandilar a los argentinos de aquí a diciembre está pensada "para todos los públicos" , por lo que no es necesario contar con un bagaje operístico para entrar de lleno en la historia, encauzada con "las mejores melodías de uno y de otro" que ha seleccionado cuidadosamente Boadella.
A pesar de todo, conocer un poco de su obra sí ayuda, pues hace que se comprendan ciertos juegos y que el público "se divierta mucho más".
A nivel profesional, "El pimiento Verdi" ha aportado dos grandes satisfacciones a Boadella, la primera, "trabajar con cantantes", algo que siempre ha inspirado al director como "músico frustrado", confesó, y que ahora le permite "inventar" su propio teatro lírico utilizando las músicas de los demás.
La segunda, el "punto didáctico" de la pieza teatral, que le ha permitido ver cómo la gente joven se plantea el mundo lírico de otra manera y se entusiasma con ella.
Este hecho hace "cierta ilusión" al dramaturgo, especialmente ahora, con cierta edad, cuando piensa ya en su legado, en "la herencia".
Tras superar su pánico a los aviones, el célebre director catalán, de 72 años, ha prometido nuevas funciones en Argentina si la obra funciona.
Una tierra que para él es "como si fuera una comunidad autónoma de España", y viceversa. Pero no es su único plan de futuro.
Centrado de lleno en el mundo de la lírica, Boadella ya piensa en su próximo proyecto musical, del que, aunque no ha querido facilitar muchos datos, sí ha aclarado que será "una ópera actual" con un compositor formado bajo la estela de las grandes melodías de la historia y centrado en un artista relevante, no sólo en España, sino también en todo el mundo, matizó.
sc