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Que Elena Garro y Helena Paz Garro dejaron su casa de Lomas Virreyes para refugiarse en una pensión en la calle de Lisboa, en la Ciudad de México, la cual era rentada por María Collado, quien, según la ficha migratoria resguardada en el Archivo General de la Nación, fue la segunda esposa de Bonifacio Garro, hermano del padre de Elena. Que de allí intentaron huir pintándose el cabello de negro con tinte Miss Clairol, pues querían vestirse indígenas a pesar de ser dos güeras delgadas y altas.

Que de allí las dos Elenas estuvieron bajo resguardo de la Dirección Federal de Seguridad en el Hotel Casablanca y que desde allí salieron gracias a la intervención de Fernando Gutiérrez Barrios; que en ese hotel, bajo resguardo, y no en “un rancho” fue donde Helena Paz escribió una larga carta a máquina dirigida a su padre Octavio Paz a quien menosprecia y crítica y es allí donde cita varios de los nombres de intelectuales que “supuestamente” denunció Elena Garro y por la que es acusada de traidora y loca.

Que ahora se sabe el camino que siguió esa carta hasta ser publicada por EL UNIVERSAL, el 23 de octubre de 1968. En una caja de cartón bajó el título “Elena Paz” localizada en la Galería 2 del Archivo General de la Nación, está una tarjeta de la DFS que en la esquina superior derecha tiene las siglas “D.F.S-22-X-68”, donde escribieron: “Señor: Sería conveniente no señalar que la entrevista con ELENA PAZ (sic) se efectuó en un hotel, sino que fue en algún domicilio particular de una amistad relacionada con ellas”.

Que Elena Garro fue desde la juventud y en su época de estudiantes, amiga cercana de Luis y Rodolfo Echeverría, que sostuvo una relación muy entrañable con Carlos Madrazo; que César del Ángel es un personaje oscuro, pero lo es aún más Sócrates Amado Campos Lemus, el llamado traidor del Movimiento y quien fue el líder más radical del Movimiento Estudiantil del 68, quien fue un agente del gobierno y que obligó a Elena Garro a encontrarse con él, la madrugada del 2 de agosto, en una cita armada en un Valiant color rojo.

Estos y otros tantos hechos de los que se sabía poco o formaban parte del enorme hoyo negro que hay en la historia de Elena Garro y su actividad en el Movimiento Estudiantil del 68, que fue determinante para su salida de México y que sea tachada de traidora y loca, forman parte de la investigación periodística de Rafael Cabrera que ha realizado durante 15 años.

Resultado de una profusa investigación que incluye entrevistas, correspondencia, archivos históricos, personales y fotográficos, hasta hoy desconocidos, Rafael Cabrera sigue las pistas que dejó Elena Garro en sus múltiples y frenéticas huidas, tanto reales como imaginarias, y que conforman la historia del libro Debo olvidar que existí. Retrato inédito de Elena Garro que ha publicado el sello Debate.

En entrevista, Cabrera asegura que en torno a la participación de Garro y de otros personajes como César del Ángel o Sócrates Amado Campos, Luis Echeverría, Fernando Gutiérrez Barrios, Carlos Madrazo y el propio Movimiento Estudiantil del 68 se sabe aún muy poco o creemos que sabemos.

“A veces parece que sabemos lugares comunes o que sabemos como una especie de historia oficial porque es la que los grandes personajes nos han contado, (Elena) Poniatowska, de algún modo (Carlos) Monsiváis, (Julio) Scherer, las grandes obras que se han hecho y no las menosprecio pero sí falta mucho por saber, sabemos una historia muy lineal pero en el subsuelo hay mucho más y las raíces están muy enredadas, afirma el periodista nacido en 1983.

Cabrera, coautor de La Casa Blanca de Enrique Peña Nieto, reconoce que uno de los personajes que más buscó fue a Sócrates Amado Campos. “Es un personaje muy difícil, lo busqué una vez y ya después no me respondió. Sí fue agente del gobierno, luego no, posteriormente apareció su foto con el narco; está también el líder de los 400 pueblos, pero resulta que Elena Garro quiso escribir la biografía de César del Ángel pero perdió los papeles; hay muchos personajes en los que debemos profundizar”.

Debo olvidar que existí incluye una revisión hemerográfica y bibliográfica, y sobre todo indaga en archivos documentales como el General de la Nación donde reposan los expedientes de Elena Garro, Carlos A. Madrazo, Fernando Gutiérrez Barrios, Helena Paz Garro, Javier Rojo Gómez, Sergio Béjar, Sócrates Amado Campos y Octavio Paz.

Cabrera también revisó los expedientes de Elena Garro y José Bianco en la Firestone Library de Princeton; el Deutsches Literaturarchiv de Alemania; el Registro Público de Propiedad de París, donde se localiza el Expediente del departamento de Helena Paz Garro, en la 16 de la Rue de l´Ancienne Comédie; así como el Archivo del Ejército, entre varios repositorios más.

El periodista reconoce que su libro tiene muchos huecos y, aunque tomará un descanso, le gustaría revisar otros archivos como las cartas de amor con Bioy Casares; dice que falta también entender cómo su matrimonio con Paz afectó su obra. “No tanto verlo como un pleito de casados, que eso no nos importa a nadie solo a ellos, pero de algún modo cómo impacto ese matrimonio en la obra de cada uno, qué tanto ella sí se benefició de esa obra para crear o qué tanto no lo hizo. Hasta ahorita hay lugares comunes”.

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