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La vida y los enclaves vitales en París de la artista salvadoreña Consuelo Suncín (1901-79), “eclipsada” por su segundo esposo, el escritor francés Antoine de Saint-Exupéry, y “rosa” y “musa” de El Principito, fueron develados por una ruta del Instituto Cervantes de la capital francesa.
En el marco del proyecto Rutas Cervantes, la institución académica y cultural española publicó en internet un recorrido de 22 lugares en los que la pintora y escultora salvadoreña trabajó, vivió o frecuentó durante los años que pasó en París.
La ruta, de cerca de nueve kilómetros por las calles de la Ciudad Luz, comienza en el edificio de departamentos cercano a la tumba de Napoleón en “los Inválidos” de París que Consuelo compartió en 1937con su esposo, el piloto y escritor Antoine de Saint-Exupéry, en el que fue instalada una placa de recuerdo.
Muy cerca de la residencia, se encuentra el segundo punto del recorrido, una estela de bronce con la efigie de Antoine de Saint-Exupéry colocada en la vecina Plaza de El Salvador, el país de origen de Consuelo Suncín, cuya embajada inauguró en 2013 este monumento al escritor y tercer marido de la artista.
La “bella” Consuelo fue una talentosa pintora y escultora que conoció además a algunos de los mayores artistas de su época como Picasso, Balthus o Man Ray, quien la fotografió para un catálogo.
Pero su matrimonio con Saint-Exupéry la convirtió en un personaje “eclipsado” por la figura de su marido, a cuya memoria se entregó después de su desaparición en una misión aérea en la Segunda Guerra Mundial y que la convirtió en la heredera del autor de uno de los libros más traducidos de la historia tras la Biblia.
Pero además fue la “rosa” de El Principito y la fuente de inspiración del libro, subrayó su heredera y biógrafa, la francesa Martine Martínez Fructuoso, cuya fundación guarda los documentos y objetos de Consuelo y de Saint-Exupéry, con quien Consuelo se casó con un vestido de novia de color negro.
“En una carta que poseemos él escribe claramente que es gracias a ella por lo que nació El Principito, que nació de su gran fuego, así lo dice Antoine de Saint-Exupéry”, resaltó, Martine Martínez Fructuoso, viuda del secretario personal de Consuelo.
“Y Antoine de Saint-Exupéry añade que su mayor lamento es no haberle dedicado el libro (El Principito)”, agregó Martínez Fructuoso en referencia a Consuelo, quien esculpió una escultura del escritor y aviador y dibujó y dedicó para centenares de admiradores al Petit prince (El Principito) cuando desapareció su esposo.
Pero la vida sentimental y personal de Consuelo Suncín, por su nombre de soltera, o Consuelo de Saint Exupéry, posteriormente, no estuvo ligada solamente a su mítico marido que ella consideró al principio de su relación como a “un aviador” más que escritor, como explica en su biografía titulada Memorias de la Rosa.
Antes de conocer al autor de Vuelo nocturno, Consuelo se casó previamente con el escritor guatemalteco Enrique Gómez Carrillo, todo un personaje de la vida parisina de principios del siglo XX que la fascinó y al que nunca olvidó luego de su temprana muerte que la convirtió en viuda.
Tal es así que hoy en día reposa junto a Gómez Carrillo, en el cementerio de Pere Lachaise, en una tumba que ambos comparten y en el que termina la ruta por 22 lugares de París habituales de Consuelo trazada por el Instituto Cervantes de la capital francesa.
“Todo el mundo hablaba de Consuelo como de un pequeño volcán del Salvador que expulsaba su fuego sobre los tejados de París”, destaca una cita sobre Consuelo publicada en la ruta en referencia a la fascinación que ejercía sobre sus célebres amistades el origen centroamericano de la artista, que también vivió en México.
A lo largo del paseo, que además de poder seguirse virtualmente por internet en la dirección rutascervantes.es se puede hacer a pie en París en un “tour” organizado por el Cervantes, en el que figuran casas, cafés, galerías de arte, hoteles, restaurantes y un taller de Consuelo ubicado en el edificio que tuvo el suyo el fotógrafo Robert Capa.
Son todos los lugares que Consuelo frecuentó con Gómez Carrillo y con Antoine de Saint-Exupéry o como artista de la bohemia parisina para dar a conocer a un personaje opacado y desconocido pero que, entre otras cosas, inspiró una obra cumbre de la literatura universal.
nrv