Por estar alejado de los famosos círculos intelectuales y las tendencias literarias, el poeta Jaime Sabines fue también conocido como “el creador solitario” y a 18 años de su muerte, ocurrida el 19 de marzo de 1999, sigue vigente por sus escritos dedicados al amor, la muerte y la soledad.
Jaime Sabines nació el 25 de marzo de 1926 en Chiapas, México, siendo el tercer hijo del matrimonio formado por el Mayor Julio Sabines de origen libanés y doña Luz Gutiérrez quien pertenecía a la alta sociedad chiapaneca de su tiempo.
Sabines inició su carrera como poeta desde la preparatoria en donde publicó algunas de sus primeras poesías como “A la bandera”, “A mi madre”, “Introspección” y “Poemas a las novias” en el periódico escolar “El estudiante” del que llegó a ser presidente.
En 1945 viajó a la Ciudad de México para estudiar medicina en la Escuela Nacional de Medicina, donde permaneció durante tres años antes de abandonar la carrera, durante esta etapa de su vida se hizo un ávido lector.
Sabines volvió a Chiapas por un año para trabajar en la mueblería familiar y en 1949 decidió volver a la Ciudad de México para estudiar Lengua y Literatura Castellana en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En la facultad conoció entre sus profesores a Julio Torri, Armando Bolaños e Isla, Julio Jiménez Rueda, e hizo amistad con los entonces estudiantes Emilio Carballido, la escritora Rosario Castellanos Figueroa, Luisa Josefina Hernández y Juan José Arreola.
Con 23 años cumplidos, Sabines publicó su primer obra completa Horal: La señal (1950) y el escritor Carlos Pellicer se ofreció a escribir el prólogo, oferta que Sabines rechazó porque “se negaba a colgarse de la fama de otros”.
En 1952 Sabines tuvo que volver a Chiapas ya que su padre había sufrido un accidente y se encontraba grave. Juan, hermano mayor de Jaime, fue elegido diputado en 1953 y le dejó a Jaime su tienda de ropa la cual él atendió durante siete años.
El poeta describía esta faceta de su vida como un "aprendizaje de humildad" pues tuvo que barrer la calle, levantar cortinas y mercar telas, y poco tiempo después contrajo matrimonio con su amiga de la infancia Josefa Rodríguez Zebadúa.
Meses antes del nacimiento de su hijo Julio, Jaime Sabines escribió detrás de las vitrinas y mostradores de telas “Tarumba (1954), donde narraba las hostilidades de la provincia y de la gran urbe.
En 1959 regresó a la Ciudad de México y encontró trabajo en una fábrica de alimentos para animales, ese mismo año el Ateneo de Ciencias y Artes le otorgó el Premio Chiapas y escribió Diario Seminario un poema de amor que lo reconcilió con la gran ciudad.
Tras la muerte de su padre, Jaime Sabines escribió Algo sobre la muerte del Mayor Sabines en el que describe poco a poco el deterioro de la salud de Julio Sabines, "es un poema que se hizo con llanto y sangre, un poema del que no me gusta hablar porque es puro dolor", comentó el autor en alguna ocasión.
En 1965 visitó Cuba como jurado para el Premio Casa de las Américas, y en 1967 escribió Yuria que explicó "no significa nada, pudo ser el viento, la noche, el amanecer, incluso un país o una enfermedad".
Sabines sufrió una segunda pérdida con la muerte de su madre en 1966, a quien le dedicó el poema "Doña Luz" que forma parte de su libro Maltiempo (1972); dos años más tarde fue galardonado con el Premio Xavier Villaurrutia.
En 1982 fue galardonado nuevamente pero esta vez con el Premio Elías Sourasky, y en 1983 recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes, al respecto, Sabines pensaba que éstas eran vanaglorias y que el humano era pequeño cuando se comparaba con la naturaleza.
Sabines compró un rancho al que bautizó como “Yuria” con la intención de cultivar la tierra, pero la política lo persiguió hasta que en 1988 fue elegido diputado por el Distrito Federal y tuvo que abandonar su rancho.
En 1991 se le otorgó la Presea Ciudad de México y en 1994 el Senado de la República lo condecoró con la medalla Belisario Domínguez por su libro “Fragmentos de sombra”, también fue ganador del Premio Mazatlán de Literatura en 1996.
Sabines tuvo la oportunidad de recorrer brevemente el mundo en la última década de su vida, fue a Nueva York para presentar la traducción de su libro “Pieces of shadow”; también viajó a Canadá para un encuentro de poesía y fue a la capital francesa para presentar una nueva edición de Tarumba.
El 19 de marzo de 1999, Jaime Sabines perdió la batalla contra el cáncer que, combinada con más de 35 operaciones previas, lo llevaron a su muerte a sólo seis días de cumplir los 73 años de edad, el poeta murió en casa acompañado de su esposa e hijos.
sc