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La muerte prematura de la escritora Jane Austen, autora de libros como Orgullo y prejuicio y Emma e ícono de la literatura inglesa del siglo XIX, ha causado controversia desde 1817.
Sandra Tuppen, curadora principal de manuscritos de 1601 a 1850 en la Biblioteca Británica, publicó en internet que la escritora murió envenenada por arsénico.
La biblioteca basó sus comentarios en los tres pares de gafas de la escritora que conserva la Biblioteca Británica, los cuales fueron otorgados por Joan Austen-Leigh, tatara sobrina de la escritora.
Tuppen reafirmó la teoría porque los tres pares de gafas tienen diferente graduación, por lo cual la autora padeció cataratas provocadas por un envenenamiento con arsénico.
La empresa Birmingham Optical realizó unas pruebas para medir la fuerza de los pares de anteojos y se reveló que todos son lentes convexos; es decir, eran para personas que necesitaban gafas para realizar actividades para ver de cerca.
Contrario a la publicación de Tuppen, ABC recordó que hace cinco años la escritora Lindsay Ashford sugirió que la autora de Sentido y sensibilidad había sido envenenada con Fowler's Solution, un medicamento común de la época que estaba compuesto de arsénico.
Además anunció que la Sociedad Jane Austen de EU refutó la teoría por inconsistente. La doctora Cheryl Kimey recordó que "hay muchas más causas de las cataratas que el envenenamiento de arsénico", y además no cree del todo que la escritora pudo tener cataratas, sino fue perdiendo la visión con el tiempo, como otras personas entre los 30 y 40 años.
Las enfermedades que se piensa que causaron la muerte de la escritora a los 41 años son cáncer, lupus, tuberculosis y la enfermedad de Addison, el cual es un desorden neuronal que provoca que los niveles hormonales estén bajos y se debilite el cuerpo.
nrv