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yanet.aguilar@eluniversal.com.mx
Elena Garro es una autora polifacética y prolífica, pero ante todo es una escritora extraordinaria y una artista de la palabra; sin embargo, hasta antes del centenario de su nacimiento, celebrado en diciembre pasado, era un escritora de pocas obras en circulación. Hoy en día la totalidad de sus novelas, sus cuentos y su teatro han sido revisados, estudiados, reeditados y reunidos en antologías que permiten dar cuenta de su calidad como artista y creadora.
La autora de obras notables, como Los recuerdos del porvenir, La semana de colores y Andamos huyendo Lola, está más viva que nunca a través de su literatura. El Fondo de Cultura Económica acaba de publicar Elena Garro. Novelas escogidas (1981–1998), compilación y prólogo de Geney Beltrán Félix; y Elena Garro. Teatro completo, con prólogo de Jesús Garro y Guillermo Schmidhuber, y edición a cargo de Álvaro Álvarez Delgado. Dos obras fundamentales para tener el universo literario completo de la más importante escritora mexicana del siglo XX.
Geney Beltrán Félix concluyó un proyecto titánico: compilar y editar Elena Garro. Novelas escogidas (1981-1998), que en 943 páginas congrega Reencuentro de personajes, Mi hermanita Magdalena, Testimonios sobre Mariana, La casa junto al río, Y Matarazo no llamó y Busca mi esquela, seis novelas cortas que Garro publicó en los últimos 14 años de su vida y que pasaron con más pena que gloria porque la crítica literaria de su época las concibió como la etapa de “pobre creación” de Elena Garro y “no tan magníficas” como fueron sus libros Los recuerdos del porvenir, La semana de colores y Andamos huyendo Lola.
Con esta nueva antología que se suma a Cuentos completos (Alfaguara 2016), la Antología de Elena Garro (Cal y Arena 2016), ambas a cargo del propio Geney Beltrán, conforman la narrativa completa de Elena Garro, que se complementa con Los recuerdos del porvenir, que es la obra más viva de la autora, e Inés, la novela que hace unos años puso a circular Joaquín Mortiz.
Se trata de historias con gran poder narrativo y de notoria manufactura. “Uno le haría una gran injusticia a Elena Garro, pensar que de un día para otro perdió esa gran capacidad de construcción ficcional y se volvió una escritora estúpida, que sólo quiso utilizar la literatura para pelearse, para seguir su pleito con Paz. Yo creo que lo que cambió en mucho fue su estilo”, afirma Beltrán Félix.
El escritor y crítico literario asegura que la publicación de las Novelas escogidas permitirá a los lectores dejar de lado esa imagen de Elena Garro como personaje conflictivo, como la ex esposa de Octavio Paz, como la mujer que se peleó con medio mundo por el Movimiento Estudiantil del 68, y permitirá que se le lea como una escritora y artista literaria.
“Permitirá sobre todo verla como una autora de estatura continental en el sentido que tiene diferentes geografías, que no es sólo la primera Elena Garro de los años 50 y 60 y que después vino un declive, porque más bien creo que lo que hubo fue una divergencia entre lo que ella estaba proponiendo en la última parte de su carrera literaria y lo que el medio literario estaba aceptando”, afirma Beltrán Félix.
Impulsor de la obra de Garro desde hace varios años, Geney Bletrán defiende y sustenta el valor literario que tienen estas novelas que escribió Garro en los años 80 y 90; y reconoce en ese paso una evolución literaria.
“Es explicar por qué se dio así, contextualizarlo, defender el derecho de una autora a ver transformado su acercamiento a la escritura narrativa. Creo que un flaco favor le haríamos a Elena Garro si le hubiéramos exigido quedarse estacionada en la deriva de Los recuerdos del porvenir, escribiendo secuelas; pensaríamos que fue un autora reiterativa”.
Esa evolución sumada al choque de expectativas de la crítica literaria que leyó sus novelas de los 80 y 90 fue también determinante. Pues se le encapsuló y encajonó en la imagen de la Elena Garro lírica e imaginativa, sumada a que en los 80 hay un predominio de voces críticas masculinas que no habrían aceptado su crítica al machismo tan incisiva y lacerante en novelas como Recuentro de personajes, Testimonio sobre Mariana o Mi hermanita Magdalena.
“La última Garro privilegia la velocidad, privilegia la facticidad, es decir el predominio de los hechos, de las acciones, el desarrollo psicológico de los personajes por encima de una visión estetizante del estilo y eso se relaciona con el dominio del diálogo, que es mucho más expresivo en su última etapa, creo que tiene que ver con el hecho de que ya casi deja de escribir dramaturgia y por otro lado también se relaciona con su entrenamiento en la escritura de guiones cinematográficos, creo que es mucho más cinematográfica la última Elena Garro y eso se puede descubrir en estas seis novelas”, afirma el autor de Cualquier cadáver.
La dramaturga. El libro Elena Garro. Teatro completo es el proyecto nunca antes hecho y no es que no se hubiera publicado el teatro de la escritora mexicana fallecida el 22 de agosto de 1998, más bien es que ningún libro ya circulaba con su teatro. Y menos con su teatro completo, que se concentra en 16 piezas dramáticas, entre las que destacan Andarse por la ramas, Un hogar sólido, La señora en su balcón, Felipe Ángeles, Parada San Ángel y la pieza póstuma Sócrates y los gatos.
El volumen publicado también por el Fondo de Cultura Económica que tiene prólogo de Jesús Garro y Guillermo Schmidhuber, y edición a cargo de Álvaro Álvarez Delgado se sitúa en la primera etapa creativa de Elena Garro, pues en los 50 publicó sus tres primeros libros: Un lugar sólido, Los recuerdos del porvenir y Semana de colores.
“Es ahí donde vemos su versatilidad. Su teatro representa una originalidad que le reconocieron desde un primer momento los espectadores; nadie había visto las cosas como las estaba presentando Elena Garro. Las primeras tres obras de teatro que proyectó para el grupo Poesía en voz alta, fueron magia. Por ejemplo, nos podemos centrar en la primera obra, la más representativa, Un hogar sólido, debió haber sido sorprendente para los asistentes que estaban en una obra de teatro y que los muertos son los que estaban hablando”, señaló Álvarez Delgado.
El académico e investigador del Tecnológico de Monterrey, campus Estado de México, asegura que a diferencia del tono solemne que tienen los muertos en Pedro Páramo en Un hogar sólido pasa de las carcajadas más amplias ante los diálogos de los personajes al nudo en la garganta que plantea en determinados momentos por la carga poética, emotiva y filosófica de los diálogos de los personajes y el planteamiento de la historia.
“En toda su producción de teatro, novela y cuentos podemos encontrar una serie de vasos comunicantes entre los tres géneros, pero la importancia del teatro es que nos muestra la originalidad y capacidad de ofrecernos la realidad que subyace en la realidad cotidiana, y por otro lado está la estructura y disposición del teatro clásico griego, por ejemplo en Felipe Ángeles o bien la relación que hay con La dama boba relacionándola con la de Lope de Vega y la renovación del tema que hace; y por otro, un interés y un oído bastante especial que tenía Garro para captar la manera de hablar de la gente de pueblo”, afirma Álvaro Álvarez.
El Teatro completo muestra a personajes muy completos, redondos y plenos; pero también es de un trabajo de investigación muy escrupuloso para tratar de rescatar las versiones originales y sin erratas del teatro de Elena Garro. Un libro ordenado cronológicamente que permite ir de Un hogar sólido, que es la que abre el libro, y cerrar con Sócrates y los gatos, probablemente es la última obra que escribió Garro. “Vemos algunos puntos en común, sin embargo son estilos completamente distintos que nos demuestran nuevamente la versatilidad que tenía Elega Garro”, concluye Álvarez Delgado.