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Su diligencia y su crema facial limpiaron las piezas de marfil más famosas de Nimrud. Registró la excavación arqueológica en celuloide y papel fotográfico, revelando las impresiones en agua filtrada minuciosamente desde el cercano río Tigris y cada día, tras organizar las cuentas y las comidas del día siguiente, Agatha Christie se sentaba a escribir.
El segundo marido de la escritora de misterio británica, Max Mallowan, era un arqueólogo respetado en su campo, aunque no tanto como el reconocimiento que recibía su esposa, pero Christie dejaba a un lado su carrera durante unos meses cada año para acompañar a Mallowan.
Mallowan construyó su carrera la década de 1950 en las excavaciones de Nimrud, los restos de una antigua ciudad asiria que sobrevivieron 3 mil años hasta que fueron reducidos a escombros por extremistas del grupo Estado Islámico el año pasado.
Christie, quien por entonces tenía unos 60 años, estuvo allí para documentar su trabajo en fotografías y filmes.
Cada invierno, según su nieto Mathew Prichard, "desaparecían en Irak o Siria y regresaban en mayo o junio. Para ella era tan importante como escribir. Su papel, y era bastante anticuada sobre esto (...), su papel en la década de 1950 era ir a esas excavaciones con su esposo y ayudarlo con la fotografía y la relación con la mano de obra local".
Conocida por crear a los detectives Mrs. Marple y Hercules Poirot, Christie tuvo una larga fascinación por la arqueología que mostró en novelas ambientadas en Oriente Medio como Death on the Nile (Muerte en el Nilo) y Murder in Mesopotamia (Asesinato en Mesopotamia).
Su libro de no ficción Come Tell Me How You Live (Ven y dime cómo vives) sobre una serie de excavaciones en Siria en la década de 1940 es un testamento de su amor por la aventura, los viajes y las civilizaciones antiguas".
"Si Dios quiere, volveré allí y las cosas que amo no habrán desaparecido de esta tierra", escribió en 1944.
Pero siete décadas más tarde, uno de sus lugares preferidos, Nimrud, corre el mayor peligro de su historia. Combatientes del Estado Islámico controlaron el lugar, cerca de la ciudad contemporánea de Mosul en 2014, y en 2015 destrozaron los toros alados que custodiaban su entrada y volaron el Palacio Noroeste, donde Mallowan hizo sus descubrimientos más importantes.
El lugar, aunque quedó libre de extremistas el mes pasado, quedó reducido a escombros, está desprotegido y es vulnerable a la acción de los saqueadores.
sc