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Patrick Deville llegó a México a través de Malcom Lowry. El celebrado escritor francés de 58 años leyó Bajo el volcán en su juventud y la novela lo impactó a tal grado que una década después estaba en México recuperando la estancia de Lowry, pero ante todo reconociendo esta nación “extraña y seductora” en la que halló una banda conformada por artistas como León Trotski, Diego Rivera, Frida Kahlo, David Alfaro Siqueiros, Edward Weston, Tina Modotti y B. Traven, que lo llevaron a escribir su más reciente novela: Viva.

El también autor de Peste & Cólera y Ecuatoria conversó con EL UNIVERSAL sobre esta novela editada por Anagrama, que retrata el México de los 30, cuando nuestro país era un hervidero político y cultural, una época en la que confluyó un importante grupo de artistas que fueron centrales en la revolución cultural y estética que en la novela transcurre alrededor de dos figuras: Trotski y Lowry.

¿Se forjaba una nación, eso era muy seductor?

El corazón de la novela son los años 20 y 30, y esa pequeña banda es un regalo para un novelista. Hay muchas personajes y no se conocen todos, pero es suficiente una persona más para conectarlos. Diego Rivera es el personaje pero no es el único; por ejemplo, el contacto de B. Traven con el seudónimo de Ret Marut; Edward Weston y Tina Modotti. Es como un teatro o un molino, entran y salen y creo que no hay tantos ejemplos en el mismo tiempo y en el mismo lugar de personajes con vidas tan novelescas y que vienen de todas partes del mundo, porque Rivera y Siqueiros son mexicanos como dicen, pero Modotti es italiana, Frida Kahlo es una emigrante de primera generación, y Trotski. Es un regalo encontrar todo eso.

¿El atractivo de la época que retrata Viva es por la Revolución?

La confluencia de ese gran grupo tuvo que ver con la Revolución Mexicana de los años 10, 14, pero también con lo que ocurrió después y con la inteligencia de políticos después de la Revolución, inteligencia, lucidez y generosidad y contacto entre artistas y políticos, que sin un hombre como Cárdenas no habría tampoco eso y el contacto con Rivera; la historia de vida de Trotski. Es un teatro de comedia, con historias de amores, de hombres celosos, de mujeres admirables y devoradoras de hombres, pero también de tragedias, está también la muerte, la traición, el asesinato, como le ocurrió a Juan Antonio Mella, y entonces todo eso es tan novelesco.

¿Hubiera querido vivir la época?

Eso es ciencia ficción. Tenemos que vivir y actuar en la época actual pero es tan difícil hacer algo políticamente sin equivocarse, debemos leer la literatura que nos puede ayudar a vivir y actuar de una manera un poco menos ciega en la neblina del presente.

Era una época de gran violencia

Sí, pero la violencia nunca ha faltado, en Europa, en Francia en especial con los atentados, y la lectura de la literatura es una ayuda indispensable.

¿Sí ayuda la literatura?

La literatura es indispensable para pensar, pero sin anacronismo porque los problemas son diferentes y los problemas de violencia son muy diferentes en México y en Francia, aunque son naciones potentes.

¿A través de qué personaje llega a este México y a este periodo?

Fue Malcom Lowry aunque no está incluido en la banda, está en otro lado. Mi vida de lector la marca Lowry, el descubrimiento de la novela Bajo el volcán, muy joven, en los años 70, fue muy importante para mi vida literaria, fue mi primer contacto con ese país tan extraño que es México

¿Y hoy cómo ve a México?

Ahora es muy diferente, conozco un poco más la literatura mexicana, porque Bajo el volcán no es novela mexicana, hay un vínculo un poco difícil entre Bajo el volcán y los mexicanos y también los escritores mexicanos, Juan Villoro escribió un nuevo prólogo para una nueva edición y ahora creo que sí, que Lowry está en el pensamiento mexicano más que antes.

¿Descubrió mujeres fuertes?

Son mujeres muy fuertes, muy interesantes; en las revoluciones del siglo XIX casi no hay heroínas y aquí en México sí, en esa época las hubo, aunque también hay mujeres muy interesantes dentro del movimiento sandinista, en los años 70 del siglo pasado, ahora hay escritoras como Gioconda Belli.

¿Son más fuertes hoy sus relaciones con México?

Antes de escribir la novela he leído la literatura mexicana, leía a los grandes muertos como Juan Rulfo, por ejemplo; y después encontré a los escritores vivos como Margo Glantz, Juan Villoro, Sergio Pitol, Mario Bellatin. Eso me confirma que los lazos con México siguen siendo importantes

¿Volverá a México en la ficción?

No lo sé. No lo descarto.

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