Pasajes de la vida privada de Juan Villoro, pero ante todo virtudes de su vida pública y su creación literaria fueron celebrados ayer durante el encuentro “Juan Villoro con sus amigos”. Allí, en el marco de la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (FILEY) 2016, Cristina Rivera Garza aseguró que en los momentos en que la violencia puede hacer vencer a la empatía o la rabia difuminar el poder crítico del lenguaje, Juan Villoro ha sabido usar los muchos foros en los que tiene acceso para ser un intelectual público, en el sentido de alguien preocupado por mantener lazos vivos y tensos entre la escritura y la comunidad.
“Es valiente y sereno a la vez, y punzante y mesurado también, pero siempre, en todos estos casos, es profundo; en cada repaso de su momento actual, cada que comenta información, lecturas, chismes, sesgos, hechos para alzar la voz, Juan Villoro pone en cuestión el valor social del vociferante que se sirve de la misma violencia y la rechaza y recupera para todos nosotros otra posibilidad más radical y desde mi punto de vista eminentemente necesaria, la posibilidad de vernos como iguales dentro de una conversación donde todos los cuerpos y todas las voces importan”, afirmó la escritora.
Rivera Garza, junto con Rosa Beltrán, Hernán Lara Zavala y Ricardo Cayuela Gally, dieron cuenta de los valores intelectuales de la obra y actuar de Villoro. “El reto del escritor no es permanecer artificialmente joven sino vivir en su presente y hacerse grande. Creo que Juan no sólo cumplió años y publicó muchos libros muy buenos si no que se ha vuelto grande, se ha ido volviendo mayor”, dijo Rivera Garza.
Añadió que Villoro se ha ido volviendo mayor con delicadeza, con humor, con la valentía que parte de reconocer “que escribir es hacer comunidad, volvernos otros con nosotros y la valentía de decir ‘aquí está, para lo que pueda servir, mi voz’”.
Beltrán señaló que con las crónicas de Juan ha aprendido que frente a la violencia cotidiana, la pobreza, la pérdida de empleo y las amenazas externas, la única patria que nos salva es la de los afectos.
Luego de este encuentro que celebró a Villoro, reconocido con el Premio Excelencia en las Letras “José Emilio Pacheco” 2016, otro cronista, Alberto Salcedo Ramos, presentó su antología Los ángeles de Lupe Pintor (Almadía), a propósito del cual, habló del periodismo narrativo. Dijo que escribe crónicas para darle voz a los que han sido invisibilizados. “Escribimos sobre personas excluidas porque normalmente no han tenido voz en la prensa convencional. La Historia ya los excluía, la historia la escriben ganadores, los que ganan se ganan el derecho de contar la historia después”. Aseguró que hay una deformación terrible que nos lleva a los periodistas a convertir en noticia al que muere y mata, no al que lleva una vida tranquila y discreta.
Hay lugares en América Latina donde la gente primero muere y luego existe. Hemos ido convirtiendo el periodismo en una presente sucesión de difuntos, en un carrusel de muertes que se atropellan unas a otras”.
Otro cronista y escritor que habló de periodismo fue Sergio González Rodríguez, en la primera de tres conferencias magistrales del Segundo Encuentro Nacional de Periodismo Cultural, que se realiza en el marco de la FILEY. En su ponencia “El periodismo cultural en la nave de los locos”, apuntó: “El periodismo cultural es minoritario y superviviente”. Agregó que el periodismo cultural es una vía de salida contra la barbarie por eso es muy importante defenderlo. Durante su conferencia magistral dijo que es un privilegio hablar del periodismo cultural que le apasiona y que él práctica todos los días en esta, describió, nave de los locos.
El Encuentro de Periodismo Cultural concluye hoy con la conferencia de Salcedo Ramos “El oficio de hacer visible lo invisible”; y la feria continúa en su tercer día con la presencia de más de 150 escritores y creadores.