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La Feria del Libro de Fráncfort tuvo un segundo día animado por la presencia de escritores como la chilena Isabel Allende, que sigue siendo una de las escritoras más leídas en Alemania, o el húngaro Peter Gárdos, autor que ha entrado con pie firme en los mercados internacionales.
Los alrededores de "das blaue sofa" ("El sofá azul"), uno de los foros emblemáticos de la feria, estaban ya completamente llenos más de una hora antes de que Isabel Allende apareciera en el escenario.
Eso le dio más espectadores a los autores programados en turnos anteriores, como el legendario montañero Reinold Messner o el propio Gárdos.
Cuando Allende llegó, los aplausos resonaron en el pasillo que hay entre dos pabellones de la Feria y la escritora chilena hizo un gesto de saludo, juntando las manos y haciendo la venia de una manera casi asiática, que recordó que se trataba hoy de presentar la edición alemana de su última novela El amante japonés.
Las primeras preguntas rondaron en torno al argumento de la novela, en la que una mujer octogenaria de origen judío polaco -que se salvó del Holocausto porque sus padres la enviaron a EEUU- tiene un romance secreto con un jardinero japonés.
Sin embargo, el destino de exiliada de la protagonista y de otro de los personajes del libro llevó la conversación al pasado de la propia Allende y a la actual crisis de los refugiados.
"Mi situación era completamente diferente. Yo fui siempre una privilegiada y aunque tuve que salir exiliada de mi país pude hacerlo en avión y hacia un lugar donde podía continuar mi vida", dijo.
"La situación de los refugiados que están llegado a Europa es completamente desesperada. Nadie deja su país sin razón y arriesgando su vida. Tratándose de millones de personas, es difícil ver cada destino personal, pero hay que intentar hacerlo", añadió.
La trama de la novela presentada por el húngaro Peter Gárdos, Fiebre en la mañana, también tiene que ver con alguien que debe buscar refugio en otro país.
Es la historia de su padre que, tras salir del campo de exterminio nazi de Belsen-Bergen gravemente enfermo, sin dientes y pesando 27 kilos, encontró refugio y asistencia médica en Suecia.
Además, y ésa es realmente la historia de la novela, escribió 117 cartas, todas idénticas pero con destinataria diferentes, que empezaban diciendo "creo que usted y yo nos conocemos de algo".
Treinta mujeres contestaron las cartas y una de ellas es la madre de Gárdos, quien señaló hoy que escribió la novela porque en las cartas de su padre encontró un ansia de vivir que la hacía diferente de todas las otras historias sobre el Holocausto.
Los derechos del libro, ya están contratados para la lengua española, se han vendido a más de veinte idiomas y algunos empiezan a hablar ya de un bestseller.
El término superventas se relaciona sin problemas con Isabel Allende, cuya primera novela, La casa de los espíritus, vendió en Alemania más de tres millones de ejemplares.
"Nadie podía imaginarse que eso fuera a pasar", dijo hoy interrogada al respecto.
"Si los editores supieran que elementos hacen de un libro un 'bestseller' no publicarían otra cosa", añadió.
La caza del superventas desconocido es parte del trabajo de los editores y de los agentes que se dan cita todos los años en Fráncfort, aunque desde hace unos años parte del negocio se ha convertido en aumentar los beneficios de un título exitoso a través de productos derivados.
El caso más obvio, que ha funcionado desde siempre, es el de las adaptaciones para cine, pero más recientemente se ha fortalecido también la tendencia a hacer versiones de novelas en videojuegos y similares.
Tal ha sido el caso de Los pilares de la tierra del británico Ken Follett, que presentó hoy en Fráncfort una versión para videojuegos de su famosa novela.
sc