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El editor de Anagrama, Jorge Herralde, que conocía a Carmen Balcells desde hacía casi cincuenta años, subrayó hoy que la superagente literaria fue "una de las grandes responsables del boom latinoamericano".
En declaraciones, Herralde confesó que la noticia de su muerte ha sido "muy inesperada" pues, como ha recordado, "hasta el último momento ha estado en pie de guerra y nunca mejor dicho, con las múltiples conversaciones sobre las asociaciones o ventas de su agencia literaria".
Herralde resumió la figura de Balcells como "un personaje tan complejo y polifacético que ha sido una de las grandes responsables del boom latinoamericano, que, además de ella, tuvo otros dos padres, Carlos Barral y Paco Porrúa".
A juicio de Herralde, Balcells "asumió un protagonismo muy destacado en el sector, ayudó a muchos autores e introdujo unas prácticas en la edición en España para que los editores tuvieran unos contratos menos feudales con los autores".
Herralde conoció a Carmen Balcells en 1967 o 1968 en Cadaqués, cuando aún estaba preparando la editorial Anagrama, "en su época de máxima ebullición" y se hicieron "muy amigos".
Confiesa el editor de Anagrama: "hemos tenido períodos de gran amistad y períodos más tormentosos profesionalmente, porque ella era un personaje difícil y complicado", sin embargo, añade, "últimamente, quizá porque no tenía casi autores que ella representaba, teníamos una relación esporádica pero muy cordial".
Recuerda Herralde que las dos últimas veces que se encontró con ella fue en una mesa en sendas comidas en su casa: una con Wendy Guerra, una especie de hija adoptiva de Gabriel García Márquez, cuando publicó su novela "Todos se van"; y otra con Mario Vargas Llosa, en la que también estaban Patricia y su hijo Gonzalo, porque acababan de publicar un libro de conversaciones suyas con Claudio Magris.
De aquella experiencia, Herralde deriva: "Era una grandísima anfitriona, con unas comidas que preparaba con delicadeza y opulencia".
rqm