Más Información
Sheinbaum supervisa avances de la Línea 4 del Tren Ligero en Guadalajara; “siempre será bienvenida a Jalisco”: Lemus
ONG obsequia implantes anticonceptivos a mujeres migrantes; buscan dar acceso a servicios de salud sexual
Las sombras del mundo del arte, como los desorbitados precios de algunas piezas, la opacidad de la compra-venta, y el excesivo carácter mercantil de importantes artistas son expuestos en el documental Blurred Lines (Líneas Difusas), presentado hoy en el Festival de Cine de Tribeca.
El largometraje, dirigido por el cineasta y filántropo canadiense Barry Avrich, expone punto por punto cómo el mundo del arte se ha transformado en los últimos años y ha pasado de ser un pasatiempo de la élite a un negocio con el que hacer enormes cantidades de dinero.
"El arte se ha convertido en un activo con el que comerciar, parecido a las acciones de la bolsa, por ejemplo, pero mucho más opaco", explicó Avrich durante la presentación de la cinta en Nueva York.
"Ya no se trata necesariamente de lo bonita que es una pieza que cuelgas en tu pared, sino por cuánto lo puedes vender", una dinámica a la que el director no ve un fin.
Blurred Lines arranca con el día en el que la corporación Lehman Brothers se declaró en bancarrota, evento que se considera el inicio de la crisis económica de 2008, y lo contrapone a una venta efectuada 24 horas después de una pieza del británico Damien Hirst por 300 millones de dólares.
Así, Avrich evidencia que el mundo del arte, contrario a otros muchos sectores, no se ha visto afectado por la crisis financiera lo más mínimo, y sufre una inflación astronómica.
"El mundo del arte es igual de fascinante que Hollywood, con mucho dinero y muchos personajes fascinantes", recalca el cineasta canadiense.
La cinta también habla del secretismo de las operaciones de compra venta, en la que muchas veces no se revela la cantidad de dinero por la que una pieza ha sido vendida, así como la falta de legislación que regula la subasta de las obras de arte y los trucos que utilizan algunas casas para subir precios y aumentar su margen.
Asimismo, el documental plantea cómo el aumento de precios lleva a que sólo unos pocos puedan permitirse el lujo de comprar obras, lo cual también reduce el número de personas que deciden qué es arte, y qué no.
Avrich reveló que tardó dos años en producir este controvertido documental, en el que intervienen decenas de artistas, directores de galerías y museos, comerciantes de arte, expertos y periodistas.
"No fue fácil que la gente hablara, porque es un mundo muy cerrado y privado, y finalmente confiaron en mis habilidades como director y en que iba a ofrecer un punto de vista equilibrado de lo que es el mundo del arte", comentó.
Una de las relevantes artistas que participa en el documental es la yugoslava Marina Abramovic, que habla en su intervención de la vacuidad que se ha apoderado del arte contemporáneo.
"El arte desafortunadamente se ha convertido en una mercancía, lo cual es triste", afirmó Abramovic, que pasó a ser un nombre reconocido a nivel mundial después de una representación en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), que inundó las redes sociales.
"Si realmente quieres hacer dinero y ser famoso, entonces no seas artista, porque no se trata de eso. El arte es muy importante para la sociedad, lo necesitamos (...) para hacernos más humanos", opinó.
Para tratar de corregir la situación y favorecer un mundo del arte diverso y auténtico, Abramovic aconsejó a los artistas emergentes "seguir su intuición y nunca escuchar las críticas. No ver lo que está pasando en el mundo, sino ahondar en sí mismos para crear trabajo relevante".
sc