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En un ambiente festivo y emotivo fue recordado hoy el caricaturista Rogelio Naranjo en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Hoy, el artista gráfico y colaborador de EL UNIVERSAL cumpliría 79 años, pero ante su ausencia, sus amigos, colegas y familiares se dieron cita esta mañana en el Auditorio Juan Rulfo de este encuentro literario para recordarlo como el caricaturista agudo, crítico y constante; como el amigo incondicional y generoso.
Los cartonistas Magú y El Fisgón presidieron la mesa en la que evocaron su trayectoria y su trabajo crítico hacia los poderosos y la clase política de este país.
En su vida, comentó Magú, Naranjo realizó unas 17 mil caricaturas y casi nunca hizo una sola concesión. Sus obras, dijo, iban duro y a la cabeza, eran "dulces para el lector, pero ácidos para los políticos".
Portando un sombrero de Catrín y entre las carcajadas del público, el cartonista político contó que siempre se preguntó de qué color eran los "eggs" de Naranjo, pues siembre admiró su valentía y constancia para criticar a los presidentes. A su lado, en la mesa del presídium, un sombrero con el nombre de Naranjo evocaba la presencia del artista nacido en Michoacán, el 3 de diciembre de 1937.
El Fisgón evocó la obra de este artista que ha marcado la obra de infinidad de cartonistas y moneros. A través de un video, Rius lo recordó sus andanzas con quien fuera uno de sus más cercanos colegas y cómplices.
El momento emotivo llegó cuando su viuda, Érika Martínez, tomó el micrófono y con la voz entrecortada recordó al hombre con quien compartió 20 años de vida. "Hace más de dos décadas que decidimos caminar juntos, cada día con él fue una enseñanza de vida", expresó.
"Puedo decir que Rogelio no tenía una vena humorística: tenía la sangre llena de humor y mala leche, la transpiraba en cada poro de su piel", añadió.
Érika Martínez acudió a este evento acompañada de su hija Alina cuya voz, dijo, iluminaba el rostro de Rogelio Naranjo. "Su rostro se iluminaba cuando escuchaba la voz de la pequeña Alina, portadora de un nombre que marcó nuestra historia, pues significaba nuestra pieza favorita de Arvo Pärt.
"'Dibujo y luego existo' sería la frase que encerraría su gran pasión", continuó. "Cada trazo, cada forma fue una extensión de sí mismo. El gran juego de su vida fue el dibujo. Coincidir en su mundo fue una experiencia invaluable para quienes tuvimos el privilegio de conocerle y amarle", expresó mientras soltaba una risa, tratando de ahogar el llanto.
Enseguida agradeció a la Universidad Autónoma de Guadalajara, a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y al Encuentro Internacional de Caricatura e Historieta por el homenaje a Rogelio Naranjo. "Donde quiera que esté, estaría muy conmovido", dijo.
En el evento también estuvieron presentes Miguel Ángel Navarro, vicerrector de la Universidad Autónoma de Guadalajara y Ernesto Flores Gallo, director del Centro Universitario de Arte y Diseño de dicha Universidad.
sc