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Fernando Botero en su juventud siempre estuvo desesperado por sumergirse en el color de América Latina y descubrir a los artistas plásticos de México, aseguró Gloria Zea, la ex esposa del maestro colombiano.
En entrevista, Zea aseguró que su relación con Botero es de un “amor desaforado desde el primer día. Fernando venía de vivir en Italia y de descubrir a los grandes artistas del renacimiento.
“Ha sido una relación de amor desaforado desde el primer día”, dijo Zea, quien recordó que cuando inició su relación de pareja, Botero venía de vivir en Italia y de descubrir el renacimiento, con artistas como Donato di Niccol di Betto Brandi (Donatello), Rafael Sanzio, Leonado Da Vinci, Miguel Ángel, entre otros.
Cuando el maestro Botero volvió a Colombia “estaba desesperado por sumergirse en el color de América Latina y descubrir a los grandes artistas mexicanos que lo habían impactado: Diego Rivera, Rufino Tamayo, José Clemente Orozco, todos los grandes artistas mexicanos”.
“Nos fuimos a vivir a México creyendo que nos íbamos a quedar un mes llevábamos dinero para ese tiempo. Nos quedamos dos años. Nuestro hijo mayor Fernando nació en Ciudad de México. Durante dos años vivimos en un pequeño departamento en la colonia Nápoles”, recordó.
Gloria Zea no duda en afirmar que ama a México “con pasión desde entonces. Amo todo lo que es mexicano, el color, la fuerza y sobre todo su gente”.
“Adoro a los mexicanos. Años después mi hijo Fernando y mi hija Lina resolvieron fijar su residencia en México y hoy en día son muy mexicanos. Voy permanentemente a México”.
Lo que más le impacta a esta gestora cultural de México “son los seres humanos, encuentro que los mexicanos tienen una cordialidad, una generosidad en sí mismos”.
Los mexicanos - reiteró - “tienen una capacidad de acogerlo a uno con honradez, integridad, sin hipocresía, que hace que uno a los tres minutos ya sea íntimo amigo de esa persona y la quiera profundamente porque el mexicano se entrega. Admiro su cultura infinitamente”.
El amor por México y su cultura se reflejó en sus 46 años que estuvo en la dirección del Museo de Arte Moderno de Bogotá (MAMBO), y logró traer a Colombia a los grandes de la plástica mexicana, los mismos que tanto admira ella y el maestro Botero.
“Los he traído todas. Traje a Rufino Tamayo, Diego Rivera, Rodolfo Morales, José Luis Cuevas, Guadalupe Posada, Graciela Eturbide, y Francisco Toledo. La única que no pude traer fue a Frida Kahlo, es una obra que tiene unos seguros costosísimos”, señaló.
El MAMABO, bajo su dirección también presentó la obra del fotógrafo mexicano “Manuel Álvarez Bravo. Este año vamos a tener la gran exposición de Sergio Hernández, es la que sigue. Él es uno de los grandes artistas universales hoy en día”.
“Cada exposición que hace el museo - subrayó - tiene una repercusión gigantesca en el público, en el país, en la vida nacional y mucho más de artistas de este nivel como los que acabo de nombrar”.
Gloria Zea amó a Botero de manera desenfrenada desde el primer día que se conocieron, a mediados del siglo XX, hoy lo sigue admirando como artista, como padre de sus hijos, como abuelo y bisabuelo.
El maestro Botero “es el mejor papa y abuelo del mundo. Será el mejor bisabuelo (...) es un artista asombroso, un ser humano increíble”, son los calificativos de Gloria Zea, quien dejó la dirección del MAMBO, después de 46 años de trabajo continuo en esta institución referente de la plástica contemporánea en Colombia.
Para Gloria Zea, con letras en mayúsculas: Botero es el artista plástico “más importante que ha producido nuestro país en su historia. Lo admiro profundamente, desde el primer día que lo conocí hasta hoy”.
rqm