Con la concepción de usar la ciencia a favor del hombre y no para destruirlo, Guztav Metzger lleva su arte hacia diversos polos de la vida misma, plasmado de una forma tal que se emita un mensaje que despierte la conciencia sobre el cuidado del medio ambiente.
Debemos convertirnos en idealistas o morir es el título de la exposición que Metzger ofrece a México, la cual se presenta desde este 18 de julio y hasta el 25 de octubre en los pasillos del Museo Jumex de la capital del país.
Seis décadas del trabajo de Metzger que exploran textos, simposios y llamados a la participación pública, los cuales se conjugan bajo la idea del arte autodestructivo, de ahí que el autor considere que una obra debe tener una duración máxima de 20 años y después destruirse, como una forma de observar la transformación del mundo, de la sociedad, de la vida.
“La bomba atómica constituye una parte esencial de la obra de Metzger, recordemos que él nació en Alemania y en1939 fue enviado a Inglaterra como parte de una operación de rescate de niños judíos. Esta experiencia marcó fuertemente su vida personal y profesional”, explica la curadora de la obra Daniela Pérez.
La también promotora de proyectos de arte contemporáneo destaca el privilegio de que esta exposición que refleja el trabajo de Metzger a lo largo de las décadas llegué a México, país con el que el artista siente una especie de “deuda” que ahora quiere saldar.
“Metzger es una persona de 89 años, de ahí que eso le impida estar en condiciones de viajar, pero a pesar de ello, él ha estado presente en todos los momentos de planeación de esta exposición. Él recuerda que en algún momento estuvo a punto de viajar a México en los años 40, pero por las condiciones de la Guerra Mundial ya no pudo cumplir este sueño y siempre se quedó con esa idea”, comenta la curadora de la muestra.
Es por ello que Metzger experimenta un especial vínculo con México, con el cual ahora quiere entrar en contacto de forma directa a través de este mensaje que lleve al ser humano a reflexionar sobre lo que es capaz de llegar a hacer, hasta el punto de tocar extremos insospechados que pueden incluso dañar al planeta mismo.
“Es tan importante para Metzger esta conexión con México, que incluso debemos recordar que él estudió en algún momento la arquitectura prehispánica y la concepción que en esa época se tenía de la muerte”, agrega Daniela Pérez.
Propuestas como la obra monumental Aautocreativa que a través de cristales líquidos combinados con el calor generan proyecciones multicolores en siete pantallas, o la denominada Junio de Estocolmo, en donde Metzger ideó un sitio al estilo invernadero rodeado con 120 autos cuyas emisiones contaminantes transforman y dañan un espacio, son parte de las propuestas del artista alemán.
Debemos convertirnos en idealistas o morir es una oportunidad para reflexionar sobre la desigualdad social, las armas nucleares, la extinción ambiental, por lo que busca ser un punto de quiebre para transformar las conciencias, finaliza Daniela Pérez.