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En los últimos meses, diversos artistas, como cantantes, bailarines de la Compañía Nacional de Danza (CND), del Ballet Folclórico de Amalia Hernández y músicos de la Orquesta Sinfónica Nacional han denunciado en redes sociales que fueron víctimas de robo durante sus ensayos o funciones en el Palacio de Bellas Artes.
De acuerdo con los afectados, los objetos más codiciados de los ladrones son los celulares y las carteras, estén o no a la vista. Además, los robos se han extendido a otros espacios, como el Teatro de la Danza, en donde fueron robados equipos de video.
Hasta ahora, sólo una bailarina levantó una denuncia por robo en Bellas Artes, ante el Ministerio Público. Su caso evidencia poca sensibilidad al tema, pues, asegura, las autoridades del recinto demoraron en reaccionar.
“El robo ocurrió en un segundo. Dejé mis cosas en el camerino y subí a revisar si ya estaba listo el vestuario, al volver, ya no estaba mi cartera, pero dejaron el celular. Empecé a preguntar si alguien había visto algo y unas personas me dijeron que vieron rondar a un chico con una mochila. Ese mismo día, otro de mis compañeros nos dijo que habían robado su tarjeta de débito, pese a que en el camerino había otras cosas de valor como una computadora”, cuenta en entrevista Mónica Barragán, miembro de la CND.
De acuerdo con la intérprete, el ladrón hizo un retiro por 2 mil 800 pesos a su tarjeta y casi 10 mil pesos a la cuenta de Antón Joroshmanov, en un mismo cajero, en Calzada Miramontes.
Barragán asegura que si bien hubo una respuesta positiva de parte de las autoridades, en un inicio hubo renuencia a colaborar. Incluso, asegura Barragán, los bailarines amenazaron con bailar con sus cosas en proscenio durante una función que se transmitiría por streaming, si no había respuesta. “Hay cámaras de seguridad y el personal de seguridad le mostró al gerente de la compañía, Aldo González, los videos en los que se observa a un chico, que portaba un gafete, entrar a mi camerino y al de Antón. Lo raro es que no hay video de su ingreso. La foto de la persona la mostramos a los bailarines y varios lo ubicaron rondando la zona. Lo que no entendemos es cómo logró entrar, quién lo dejó pasar y por qué nadie es capaz de reconocer quién es, al parecer no labora en el recinto”, dice.
Y agrega: “Los de seguridad nos dijeron que los robos son frecuentes y que los cometemos entre nosotros mismos. Un compañero del Ballet Folclórico de Amalia Hernández me dijo que con ellos ha pasado. No puede ser que esto siga sucediendo y que todos los sepamos y no es posible que hayamos tenido que acorralar a las autoridades del Palacio para que nos apoyaran, ni siquiera esperábamos que se hicieran responsables, sólo que aceptaran que deben velar por nuestra seguridad”.
Es el caso del bailarín Luis Martínez, quien denunció que durante una función del Ballet Folclórico le robaron dinero, y al solicitar que se revisaran las cámaras, lo desalentaron al asegurarle que el proceso era lento.
Paralelamente a lo ocurrido con la CND, la soprano Lucy Quintero fue despojada de su celular cuando ofreció un concierto como parte de Ensamble Escénico Vocal con la Sinfónica Nacional. “Nos dijeron que podíamos dejar nuestras cosas en los camerinos. Me tardé en volver alrededor de 20 minutos y ya no estaba, tampoco mi tarjeta de crédito. “Pregunté a la gente encargada de los camerinos y a los de la entrada de artistas, pero insistieron en que no sabían nada. Me aseguraron que había cámaras de seguridad y que iban a revisarlas, que me llamarían para decirme lo que encontraron”.
Lucy volvió un par de días después y obtuvo la misma respuesta. Dejó de insistir. “Llegaron las vacaciones, ya no tuve tiempo de seguir insistiendo, di por perdido mi teléfono y no sacaron nada de mi tarjeta. No levanté una denuncia ante Ministerio Público. No quise meterme en problemas. Nos dijeron que dejáramos nuestras cosas en un lugar seguro y cerrado, consideré que el camerino lo era; además se nos dijo que se iba a cerrar con llave y no fue así. Para entrar al recinto son muy estrictos, uno pensaría que entonces hay mucha seguridad”.
El flautista Horacio Franco apoyó a Lucy y denunció el robo en sus redes sociales. “No he sido víctima de estos delitos, pero sí sé que han ocurrido; Lucy estaba muy alterada y por eso yo lo denuncié. Esas cosas no pueden pasar en Bellas Artes. Si las autoridades del Palacio no pueden controlar lo que ocurre en camerinos, entonces que coloquen casilleros”, advierte.
A la denuncia virtual de Franco respondieron más de 30 personas, entre ellas Izkrah Pinto, encargado de promoción de la Sinfónica Nacional, quien asegura que el delito cometido contra Quintero, “no fue la primera vez”.
Otro caso es el de un bailarín del Taller Coreográfico de la UNAM, cuya cartera de pronto apareció, luego de que se denunciara su robo. La versión es que el intérprete la extravió.
En el Teatro de la Danza las cosas no son muy distintas. A Gustavo Lara y a Alejandra Monroy les robaron sus equipos de grabación hace más de cinco meses, a la fecha la investigación sigue en proceso y ya han acudido del Ministerio Público para hacer reconstrucción de hechos. “Lo que deseamos es que estas cosas no sigan ocurriendo. Se debe buscar que las empresas de seguridad se hagan responsables”, señala Alejandra Monroy.
De acuerdo con el INBA, sólo está registrado un “acontecimiento” ocurrido el 17 de noviembre, por el que se hizo una denuncia de hechos ante la Fiscalía Desconcentrada en Investigación en la delegación Cuauhtémoc; en el Teatro de la Danza también existe una acta de hechos por la “pérdida” de equipo. En ambos recintos, se aseguró a través de un comunicado, se han tomado medidas entre las que se encuentran: "se rediseñaron y cambiaron los gafetes de acceso, diferenciándolos por área y color, evitando de esta forma el ingreso de personas no autorizadas, se pondrán a disposición de las compañías casilleros metálicos para el resguardo de sus objetos personales y se efectúan rondines por parte del personal de atención artística, tanto en camerino altos como en camerinos bajos, para asegurar que ninguna persona ajena ingrese a estas zonas".
Además, el INBA, a través de un comunicado, informó que en el Teatro de la Danza, las medidas son "control de listas" en acceso a camerinos y el equipo de cómputo y electrónicos se resguarda en la bodega de producción, con firma de recibido por parte de seguridad, producción y artista".