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Cada vez estamos más preocupados por el aspecto de cansancio e incluso de enfermedad que proyectamos por las tan antiestéticas bolsas y ojeras. No obstante, según destaca la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV), "contrariamente a lo que se suele creer, no tienen por qué estar causadas por noches largas o falta de descanso". Así, señala que hay personas que llevan una correcta jornada de descanso y aún así no se libran de su presencia.
En concreto, indica que la piel que hay alrededor de los ojos es "mucho más fina", y por tanto "más sensible" que la del resto del rostro. Por ello, resalta que también requiere de un cuidado diario especial, dejándose asesorar siempre por un dermatólogo antes de emplear cualquier tipo de producto o de tratamiento en la zona.
De hecho, precisa que el espesor medio de esa capa de la dermis es "cinco veces más fina" que el del resto de zonas de la cara, a lo que habría que añadirle que se trata de zonas con una cantidad de colágeno menor. La piel del contorno ocular, además, se distiende con facilidad porque está en continuo movimiento de parpadeo.
La doctora Paloma Cornejo, miembro de la AEDV y directora de la Clínica Dra. Paloma Cornejo de Madrid, explica que sí que hay relación entre la falta de sueño y las ojeras, si bien avisa de que éstas no siempre aparecen por la falta de descanso, sino porque se retienen líquidos.
"Cuando nos falta el sueño es como si la oxigenación de la piel fuera peor. Las ojeras se muestran más marcadas porque es piel fina y se ve la vascularización que hay justo debajo. Tampoco es siempre por falta de sueño, sino porque retenemos líquidos. La piel del párpado es muy laxa, por lo que se transparenta más, se distiende más y también envejece antes", añade.
La especialista detalla que el concepto 'ojera' abarca "un cajón de sastre", y se le llama así a muchas cosas. Por ello, enumera los tipos de ojeras que hay. En primer lugar, están las ojeras pigmentadas por un aumento de melanina en la piel de los párpados que puede ser constitucional, y que tiene lugar en personas que familiarmente son de ojeras.
También se da en pacientes con dermatitis atópica o eczemas en la zona, que pueden sufrir de esa pigmentación oscura.
Otro tipo de ojera es la ojera vascular, que tiene un color violáceo que empeora cuando la piel se estira. "Es así porque se transparenta la vascularización que hay debajo. Tiene lugar en personas con la piel muy delgada y se ven los vasos orbitarios", precisa la doctora Cornejo.
También se le llama ojera al surco o "valle de lágrimas" que se marca desde el canto interno del ojo hasta la región de la mejilla. Ésta se produce en el envejecimiento y cuando la grasa de la mejilla desciende y queda expuesto como un canal.
Asimismo, la experta llama la atención sobre la confusión general entre ojera y bolsa en los ojos. "Se suelen confundir con las bolsas, que son diferentes porque son una protrusión. La bolsa se produce por una herniación de la grasa orbitaria del ojo que protruye hacia delante y empujando la piel del parpado inferior.
También se produce en el envejecimiento", aclara. En ambos casos hay tendencia hereditaria también a tenerlas precozmente, ya que, según indica, heredamos la manera de envejecer de nuestros padres. "Todo es muy constitucional", constata.
¿CÓMO PREVENIRLAS?
La doctora Cornejo indica que lo ideal es empezar a utilizar contorno de ojos a partir de los 25-30 años. Más concretamente, sostiene que en el caso de la ojera pigmentada se pueden utilizar despigmentantes adecuados para la delicada piel del párpado. En el caso de las ojeras violáceas o vasculares se emplearán contornos ricos en vitamina k.
A nivel médico y de tratamiento, resalta que, en el caso de la ojera pigmentada, se pueden despigmentar con "peelings" o con láser, y en el caso de las violáceas se pueden aplicar técnicas que oxigenan el área como la carboxiterapia. En el caso de la aparición de surco, de que la ojera sea debida a un surco marcado, los productos como el ácido hialurónico pueden ser inyectados para rellenar ese defecto.
En el caso último de las bolsas, Cornejo destaca que no tienen más tratamiento que el quirúrgico, requiriendo de una blefaroplastia. "No hay ninguna crema que haga que esas bolsas se quiten. Otra cosa es que haya retención de líquidos y un producto drenante te pueda ayudar. Dormimos mucho o poco y la alimentación también afecta a la piel tan delicada de los ojos y esas cremas pueden ayudar pero no acaban con el problema", reseña la experta.
A su juicio, es "difícil" que desaparezcan una vez que han salido. Según comenta, éstas requieren de un tratamiento porque generalmente se envejece todos los días y, con ello, se empeora. "Lo suyo es que vayas a peor con el paso del tiempo", alerta la miembro de la AEDV. Eso sí, precisando que hay que preocuparse cuando por ejemplo nunca se han tenido bolsas y de repente aparece una retención muy aguda. "Puede deberse a la manifestación de un problema renal que nos produzcan una retención muy brusca o de una reacción alérgica", precisa.
Así con todo, la dermatóloga hace hincapié en que la cosmética ocular debe ser específica para cada caso y en que los contornos no deben ser iguales para todo el mundo. Sobre el uso de pepino o antifaces fríos, Cornejo dice que sólo son eficaces para disminuir la retención de líquidos o un ojo cansado tras una mala noche, porque así se mejora la circulación y el drenaje de la zona.
jpe