Actualmente, es muy usual salir a trabajar apenas amanece y volver a la casa cuando ya es de noche. A eso le sumamos los quehaceres del hogar, preparar a los hijos para el día siguiente, realizar trámites pendientes, entre otras cosas que nos dejan sin tiempo libre para el entretenimiento, el descanso y la vida en familia.

Algunos estudios han demostrado que nuestra extensa jornada laboral de ocho o nueve horas es menos productiva y genera más ausentismo y mayores índices de estrés en los trabajadores, en comparación con una jornada, por ejemplo, de seis horas.

La Organización Internacional del Trabajo calculó recientemente que hasta un 3% del Producto Interno Bruto (PIB) de cada país se pierde producto del estrés laboral causado por las exhaustivas semanas de trabajo, hecho que llamó la atención de Suecia.

En el país nórdico, distintas instituciones ya están experimentando los efectos de una jornada laboral más corta, como es el caso de un hospital en Umea, en la zona norte, y en la planta de cirugía del Hospital Universitario Sahlgrenska, en Gotemburgo.
En este último, un grupo de 80 enfermeros comenzó con un nuevo horario de seis horas al día, que se prolongará por dos años, mientras que otros seguirán en sus funciones normales por ocho horas, con el fin de estudiar los posibles efectos positivos de esta variación.

"Aún es demasiado pronto para sacar conclusiones, pero las enfermeras que trabajan menos horas están tomando menos bajas por enfermedad y reportan estar menos estresadas", aseguró a la cadena británica BBC, Bengt Lorensson, titular de la investigación.

Asimismo, agregó que los cuidados de los pacientes han mejorado y la disposición del personal ha cambiado radicalmente, ya que ahora se preocupan de organizar actividades recreativas para los ancianos, como clases de baile, sesiones de lectura y paseos al aire libre.

kal

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