El 19 de mayo de 1961, la nave Venera 1 se convirtió en el primer ingenio humano en sobrevolar otro planeta, Venus. La nave, envíada por la URSS, fracasó en su objetivo de enviar datos a la Tierra.
La sonda consistía en un cuerpo cilíndrico, coronado por una cúpula, de 2.35 metros de altura y 1.50 metros de diámetro. La masa de combustible era de 643.5 kilos. Dos paneles solares, con una superficie total de 2 metros cuadrados, se extendieron en forma radial desde el cilindro.
Una antena de alta ganancia desplegable de 2 metros de diámetro fue diseñada para las comunicaciones con un transmisor de 8 centímetros y 32 centímetros de longitud de onda.
La sonda estaba equipada con instrumentos científicos, entre ellos un magnetómetro al final de un brazo de 2 metros, trampas de iones, detectores de micrometeoritos, y contadores de radiación cósmica.
La cúpula albergaba una esfera de combustible que contenía un banderín de la Unión Soviética y fue diseñada para flotar en el océano Venusiano después del impacto previsto. El control de altitud se logró mediante el uso del Sol como referencia, sensores de estrellas, giroscopios, y motores de gas nitrógeno.
Siete días después del lanzamiento, a cerca de dos millones de kilómetros de la Tierra, el contacto con la nave se perdió. Pasó entre el 19 y el 20 de mayo de 1961 a 100 mil kilómetros de Venus, entrando posteriormente en órbita heliocéntrica.
jpe