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Cuando pensamos en rinocerontes es difícil asociar esa imagen con la nieve. Sí lo hacemos con otros muchos animales, como por ejemplo los renos, pero no con el rino. Tenemos la imagen de los documentales en la cabeza, en la que estas enormes bestias pastan a sus anchas por las sabanas de África, donde el agua, y sobre todo la nieve, escasean.
Pero claro, cientos de ciudades en el mundo tienen zoológicos, y muchas de ellas sí que tienen nieve cuando llega el invierno.

Es el caso del Blank Park Zoo de Iowa, Estados Unidos. Este parque tiene, entre otros muchos animales, a un pequeño bebé rinoceronte nacido el pasado 11 de octubre. Todo es nuevo para él, incluidas las nevadas. Sus cuidadores quisieron ver cómo reaccionaba ante la nieve, y este es el resultado: cómo no, se puso a jugar con ella.
Comenzó comiéndola y rápidamente pasó a revolcarse en ella. No queda duda de que disfrutó una barbaridad.
jpe