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Un fallo informático podría haber ocasionado el fracaso en el aterrizaje del módulo Schiaparelli sobre la superficie de Marte, según indica hoy la revista británica Nature.
La publicación se refiere en su último número a lo ocurrido el pasado día 19, cuando el módulo Schiaparelli, que pretendía llevar a cabo pruebas científicas en la superficie de Marte y poner a prueba las nuevas tecnologías europeas de descenso y aterrizaje, se estrelló contra el Planeta Rojo.
El 21 de octubre, la Agencia Espacial Europea (ESA) reveló que los controles de descenso del módulo habían fallado si bien no consideró un fracaso la misión Exomars, pues el satélite desde el que descendió el Schiaparelli, el llamado ExoMars Orbitador de Gases Traza (OGT), sigue orbitando en torno a Marte.
El proyecto era preludio de una misión programada para 2020 en la que los investigadores quieren hacer aterrizar una estación mayor.
En declaraciones a Nature, el científico del proyecto de ExoMars Jorge Vago consideró "prioritario" detectar los fallos del Schiaparelli a fin de rectificarlos: "Eso es súper importante y está en la mente de todos", observó.
Los análisis preliminares sobre lo sucedido indican que el módulo comenzó la maniobra de aterrizaje sin fallos, pero que a los 4 minutos y 41 segundos de una bajada de 6, algo salió mal.
En el proceso se activó el escudo término y un paracaídas antes de tiempo, según Vago, al tiempo que los propulsores, diseñados para desacelerar el aparato durante 30 segundos hasta que éste se encuentre a metros de distancia de la superficie, funcionaron tan solo unos 3 segundos antes de recibir la instrucción de apagarse, pues el ordenador del módulo detectó que ya había aterrizado.
"Creo que en ese momento aún estábamos muy altos. Y el escenario más probable es que, a partir de ahí, simplemente caímos a la superficie", señaló Vago.
El aparato probablemente cayó a una altura de entre 2 y 4 kilómetros antes de estrellarse a más de 300 kilómetros por hora, según estimaciones con base en imágenes de la investigación.
Según esto, la causa más probable fue un fallo en el software del aparato o un problema con los datos llegados de diferentes sensores, que podrían haber llevado al módulo a creer que su altitud era menor de lo que era, según Andrea Accomazzo, responsable de misiones solares y planetarias de la ESA.
Los software y sensores son algunos de los elementos que se reutilizarán en el sistema de aterrizaje de la misión de 2020 que, al contrario que con el Schiaparelli, contarán también con tecnología rusa y europea.
No obstante, agrega Nature, los fallos de software son más fáciles de reparar que un problema fundamental con el hardware de aterrizaje.
En el artículo de esa revista, Vago apuntó que el equipo científico cuenta ahora con "un parte que funciona muy bien y una parte que no funcionó como se esperaba" pero destacó que lo importante es que tienen "la información necesaria para resolver el problema".
jpe