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El carguero espacial ruso Progress M-29M se acopló este viernes con éxito a la Estación Espacial Internacional (EEI) tras completar un vuelo de seis horas, cargado de víveres y combustible para los seis cosmonautas que habitan la plataforma orbital.
La Progress, que despegó ayer propulsada por un cohete Soyuz-U desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajistán), transporta más de 2 mil 300 kilos de alimentos -manzanas, naranjas, cebolla, ajo, galletas, caramelos, etc.-, agua, oxígeno, combustible y equipos técnicos y científicos.
Este ha sido el segundo lanzamiento de un carguero ruso desde el grave accidente sufrido en abril pasado por la Progress M-27M, que se desvió de su órbita y acabó desintegrándose en las capas más densas de la atmósfera.
Hasta entonces, el programa Progress, uno de los grandes orgullos de la industria aeroespacial rusa, había tenido un historial prácticamente inmaculado en 35 años de servicios, ya que su único accidente, en agosto de 2011, fue provocado por un fallo del cohete portador.
Los recientes problemas en el sector espacial ruso obligaron a Roscosmos a modificar su calendario de próximos lanzamientos, como fue el caso de la nave tripulada Soyuz TMA-17M, que fue lanzada en julio con dos meses de retraso.
Además de la citada Progress, en abril también se perdió un satélite mexicano que iba a ser puesto en órbita al fallar igualmente el cohete portador "Protón".
kal