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Imprevistas, silenciosas y en muchas ocasiones, asintomáticas hasta que llegan a ser avanzadas. Las enfermedades graves son una realidad a la que muchos mexicanos han de enfrentarse, justo ahora, que los mexicanos somos más propensos a todo tipo de enfermedades. “No sólo las enfermedades crónicas-degenerativas están en aumento, enfermedades catastróficas, como lo es el cáncer, con el paso del tiempo está cobrando cada vez más vidas”, explica Renato Núñez, gerente médico del sector salud de la consultoría PWC en la introducción a un estudio sobre el incremento de las enfermedades crónicas.
Tanto las enfermedades graves (el cáncer es un ejemplo) como las crónicas degenerativas (una de ellas, la diabetes) están al acecho, y hoy en mayor medida. Y la única forma de enfrentarla sin ver reducido el patrimonio es un seguro. Y no sólo eso, sino que éste puede ser la diferencia entre la vida y la muerte: Entre la posibilidad de tener tratamiento o no.
Según cálculos de HIR Seguros, los tratamientos contra el cáncer como radioterapias, quimioterapias y cirugías tienen costos que pueden oscilar entre los 500 mil y los 5 millones de pesos, dependiendo de lo avanzado de la enfermedad y de la terapia que se requiera.
“Hay pólizas desde 400 pesos hasta mil 500 pesos, así que hay que comparar los gastos que implica no tener seguro”, asegura Eduardo Villegas, Director General de HIR Seguros.
Sin embargo, la situación mexicana es paradójica. Mientras que lo que más nos inquieta son las enfermedades graves y los cuidados a largo plazo, las personas están poco protegidas y en realidad conocen poco acerca de la cobertura sobre enfermedades graves que tienen sus seguros. De la población mexicana, 74% se siente vulnerable a los riesgos de una enfermedad física, lesión, invalidez, enfermedad grave o tratamiento de salud, todo esto según una encuesta realizada por Swiss Re, pero sólo 18% sabía que existía la cobertura de enfermedad grave.
Pero la situación sigue siendo paradójica, porque si bien están preocupados por enfermarse gravemente, consideran que los seguros de vida son demasiado costosos.
Del dicho al hecho, porque a pesar de esto, en la realidad dicen estar dispuestos a pagar una prima mensual considerablemente alta por la cobertura de un seguro de vida.
Así, en México no existe realmente la costumbre de estar asegurado. Para entenderlo una cifra: En México, sólo 7.8 millones de personas tiene un seguro de vida individual, que representa 15% de la Población Económicamente Activa. En cuanto a volumen de primas, es el segundo país en la lista, después de Brasil, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS).
Según el diagnóstico de Swiss Re, es necesario que las aseguradoras construyan productos más accesibles, con un diseño más simple y que sean más fáciles de comprender para los consumidores finales.
Hacerlo a tiempo
La posibilidad de enfermarse es una realidad, y más vale acercarse a tiempo a este tipo de instrumentos, los cuales no sólo ayudarán a solventar los gastos del día a día sino también a proteger el patrimonio, el cual puede verse perdido en minutos si no se cuenta con un seguro de ningún tipo.
¿Qué seguro conviene tener ante una enfermedad grave? En realidad no sólo uno, sino varios, porque tenerlos va a posibilitar el que en su uso se puedan combinar y sacarles el mejor provecho en una situación como éstas.
El seguro de gastos médicos es el primero que en el caso de sufrir una enfermedad de este tipo va a ayudarte a enfrentarla.
“El seguro de gastos médicos va a ser el encargado de cubrir toda la parte médica. Es el que va a ayudarte a enfrentar los gastos del día a día”, explica Eloy López, director de la consultoría Previsión Financiera Integral.
Si tuvieras un diagnóstico de este tipo lo primero que tendrías que hacer es acercarte a tu institución de seguros para que empiece los trámites de cobertura.
Pero antes, necesitas revisar que el seguro esté pagado. Suena básico pero puede pasar que precisamente ahora, cuando más lo necesitas, no lo hayas pagado. “No vaya a estar en un periodo de gracia que ya venció y la póliza no esté pagada. La base de todo es que tengamos los papeles en orden”, explica el especialista de HIR Seguros.
Revisa si tu seguro va a pagar de forma directa los gastos o si tú tendrás que pagar para luego buscar un reembolso. Junta todas las recetas y las facturas para que puedas presentarlas a la aseguradora, recomienda Eduardo.
Pero hay que aprovechar al máximo todas las coberturas. ¿Tienes tarjetas de crédito? Seguramente alguna tiene seguros indemnizatorios que vale la pena hacer efectivos.
“Estos seguros son los que traen las tarjetas de crédito, ya sea American Express u otras. Son seguros que te pueden dar dinero que te puede ayudar en el día a día, desde para pagar el deducible de tu póliza hasta algunas diferencias que tengas o que no le cubran los honorarios de tu doctor al 100%”, explica Eloy.
Pero no sólo eso. Un seguro de este tipo puede ayudarte a compensar tus ingresos en esos tiempos de enfermedad, porque por desgracia, aunado al padecimiento, es muy frecuente que estos pacientes, después de cierto tiempo de tratamiento, pierdan el trabajo.
“Todos los empleadores dicen que los van a apoyar, pero tres meses te aguantan, pero después de eso seguramente van a empezar a aflojar la parte de la flexibilidad, así que la mayoría pierde su empleo. Los indemnizatorios te pueden ayudar con eso”, explica el especialista.
Así que el consejo es hacer una revisión en los estados de cuenta de todas las tarjetas de crédito porque es muy probable que una de ellas o incluso varias, ofrezca esta cobertura y tú no te has enterado antes.
Lo primero que un enfermo va a desear es curarse y empezar el tratamiento cuanto antes. Pero es necesario revisar los papeles de tus seguros porque éstos pueden convertirse en la luz verde para recibir un tratamiento adecuado y oportuno.
El tercer seguro que tienes que revisar es el de vida. Hay algunos instrumentos que cubren por ejemplo el primer diagnóstico de cáncer, así que es importante desde un inicio conocer qué es lo que el seguro está cubriendo, explica el especialista de HIR Seguros.
Éste, a diferencia del de gastos médicos, no necesariamente te ayudará con los gastos del día a día, pero te ofrecerá otro tipo de cobertura. Éste seguro sirve, entre otras cosas, para dejar protegida a tu familia en el caso de que llegara a pasarte algo fatal.
Pero puedes sacarle provecho en vida. En el caso de que el cáncer que se padezca sea terminal, es posible —si tienes más de tres años con ese instrumento—, en la mayoría de los casos, pedir un adelanto de hasta 30% de este seguro de vida que recibirá tu familia en el caso de que fallezcas. Y ahora que estás vivo es buen momento de aprovecharlo. “Es el 30% de tu suma asegurada o 400 mil pesos y realmente te puede ayudar”, explica el especialista.
Aquí un ejemplo que explica de la mejor manera cómo el revisar y sacar el mejor provecho de las coberturas de los seguros puede ser la diferencia entre vivir o no.
Un hombre recibió un diagnóstico de cáncer terminal de hígado y lo único que podía salvarlo era un trasplante de órgano que su seguro de gastos médicos no cubría. Pero él tenía varios seguros de vida, entonces a todos les pidió este adelanto. Y justamente con esta cantidad fue con la que pagó el anhelado trasplante.
“Él decía que el diagnóstico era de cuatro meses, lleva tres años y han sido los mejores para él. Ese beneficio sólo opera en el caso de que sea cáncer en etapa terminal, pero si él no se hubiera puesto a revisar sus pólizas no hubiera logrado el trasplante”, explica Eloy. El caso es real y sirve para ilustrar la importancia de revisar bien las pólizas y de sacar el mayor provecho de éstas.
Para que este conjunto de instrumentos pueda ser complementario, es necesario sentarse a revisar cada póliza y planear cómo hacer válida cada una.
Es necesario revisar también que los beneficiarios registrados estén actualizados en el seguro de vida, porque lo mejor es anticiparse y no heredar problemas. Si los quieres modificar, avisa a la aseguradora y hazlo a tiempo