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mariana.fernandez@eluniversal.com.mx
Afore. Plan personal de retiro. Ambos son instrumentos de ahorro para cuando te retires, sin embargo, cada uno funciona de distinta forma. ¿Por qué te conviene conocerlos? porque ellos te ayudarán a generar los intereses necesarios para que tu dinero crezca y tengas un fondo lo suficientemente decoroso para que puedas dejar de trabajar y comenzar a dedicarte a cosas que te gusten lejos del trabajo.
Tanto a través de tu Afore como de un plan personal para el retiro puedes ahorrar en forma de aportaciones voluntarias que van a generar intereses, dependiendo de los instrumentos en los que se invierta tu dinero.
Pero mientras que la primera no te permitirá decidir invertirlo sino que lo hará en un fondo de acuerdo con tu edad, en el segundo tendrás más control sobre los instrumentos a invertir, sólo por poner un ejemplo de las diferencias.
Debes poner tanta atención como puedas al tema del retiro porque la vejez es un asunto por el que deberías estar ocupado —no sólo preocupado— desde hoy.
Si cotizas en el IMSS desde antes de 1997, antes de que se crearan las Afores, tienes asegurada una pensión que te dará el gobierno (la cual varía de acuerdo con distintos factores, como las semanas que hayas cotizado y tu último sueldo, así que tampoco te confíes) pero si no estás bajo este esquema, tu preocupación debería ser mayor.
Las cosas se ponen complicadas para estos trabajadores porque lo que van a recibir al final de su vida laboral es lo que ellos hayan juntado, tanto obligatoria como voluntariamente, en su Afore. Eso y nada más.
“Va a ser una catástrofe cuando ellos se retiren porque los niveles de reemplazo son bajísimos, en algunos casos de 8% o 10%, ¿qué va a hacer la gente además de llorar y sufrir? No va a poder vivir”, explica Moisés Pérez Peñaloza, especialista en temas de retiro.
El problema de estos trabajadores no es de plano evidente porque todavía no se retira nadie bajo este esquema, lo que hace que el problema sea latente pero no tangible.
La tasa de reemplazo a la que se refiere Moisés es el porcentaje de tu sueldo que vas a recibir cuando te retires. Según la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro, el promedio ronda entre 32% y en el mejor de los casos 66%. ¿Te imaginas qué harías con ese porcentaje de tu sueldo cuando seas viejo y tengas gastos enormes de salud?
Tu Afore
Si cotizas en el IMSS, dedicas estos 6.5% de tu sueldo de manera obligatoria. De ese porcentaje, tu patrón aporta 5.15%, tú 1.125% y el gobierno la flamante cantidad de 0.225%.
Pero las posibilidades que tiene tu Afore no terminan aquí. Existe la posibilidad de que aportes de manera voluntaria. Ya sea que decidas domiciliar el pago o que lo hagas de manera regular o incluso irregular. Ese dinero se irá al mismo lugar que se va tu aportación obligatoria, que es una Siefore.
Una Afore invierte en distintos instrumentos a través de Sociedades de Inversión Especializada en Fondos para el Retiro, comúnmente conocidas como Siefores. Éstas, a su vez, invierten en instrumentos ya sea de renta fija o variable, ya sea nacional o extranjera. Tu dinero está en la Siefore que te corresponde de acuerdo con tu edad. Entre más joven, tu Siefore comprará más instrumentos de renta variable y al contrario si eres alguien que está cercano al retiro. No hay opciones, tú no puedes decidir en qué quieres que invierta tu Afore, a pesar de que un poco de flexibilidad por supuesto que sería deseable.
“De hecho, en cuestión de diversificación la industria está empujando mucho para ampliar el régimen de inversión para tratar de maximizar los rendimientos de los trabajadores”, asegura Leopoldo Somohano, director corporativo de Planeación Estratégica de Principal Financial Group, el institución que maneja Principal Afore. Mientras tanto, las Afores restringen su forma de invertir.
Ésta puede ser una opción recomendable para quienes no tienen ni el conocimiento ni el tiempo para elaborar un portafolio de inversión, asegura Joan Lanzagorta en su blog especializado en finanzas personales.
“Las aportaciones voluntarias para el retiro que vayan a la misma Siefore básica donde se invierten sus aportaciones obligatorias puede ser una gran opción de ahorro para el retiro con todas las ventajas fiscales”, sostiene.
Sin embargo, la recomendación de muchos especialistas es que aportes voluntariamente a tu Afore independientemente de que tengas un plan personal de retiro.
Plan personal de retiro
Es un instrumento ofrecido por instituciones como aseguradoras, operadoras de fondos de inversión e instituciones bancarias. Algunos, los que otorgan las aseguradoras, suelen venir “atados” a un seguro de vida, otros no tienen esto, lo que hace que las comisiones puedan variar, explica Pérez Peñaloza.
Este tipo de esquemas te permite, a diferencia de la Afore, tener más control sobre los instrumentos en los que inviertes tu dinero ya que te permiten ajustar el esquema a tus objetivos de inversión de acuerdo a tu edad.
Digamos que te permiten diseñar un “traje a la medida” de tus necesidades y metas, por lo que tendrás más opciones de inversión. Por el contrario, las Afores ya tienen establecidos por ley los parámetros, por lo que no existe la flexibilidad ni la posibilidad de que puedas escoger qué va a comprar la Siefore que te toca.
¿Alguien me ayuda?
Otra diferencia que tienen ambos instrumentos es la asesoría. Mientras que en el plan personal del retiro existirá un asesor que te orientará en todo momento, la Afore no suele ofrecerte a alguien directamente, aunque debería,
“Con tanta rotación de ejecutivos en la Afore, la gente no es estable y es difícil encontrar a quien te apoye, a diferencia de los operadores de plan personal de retiro”, explica Pérez.
Las comisiones
Este es un aspecto que tienes que tomar en cuenta a la hora de contratar un plan de este tipo. Recuerda que nada es gratis, y cualquier institución que te ofrece estos planes va a cobrarte a través de comisiones por ello.
Desgraciadamente, a diferencia de las Afores, no existe una tabla comparativa que te permita saber cuál es el que te cobra más y cuál menos, sin embargo, éste será un trabajo que va a tocarte a ti. No se vale darte cuenta de las comisiones ya que firmaste por este instrumento y si quieres cancelarlo, te va a costar una penalización.
“La gente no lee lo que firma. En los prospectos y en los contratos están las comisiones y todas las especificaciones. Hay una falta de investigación al escoger los productos financieros. Deben comprar dos o tres productos en cuanto a comisiones y rendimientos”, asegura Pérez Peñaloza.
¿Qué pasa con las deducciones?
El ahorro voluntario que juntes, no importa el instrumento de ahorro que utilices, ya sea Afore, plan personal de retiro o plan de retiro colectivo, tiene un tope de deducción gracias a la reforma fiscal realizada en 2013.
Es decir, que esta cantidad compite con las colegiaturas de tus hijos, los gastos médicos o cualquier otro gasto que vayas a deducir, lo cual, por supuesto, no es lo más conveniente ya que esto no incentiva el ahorro voluntario para el retiro, y lo sitúa en una situación más desfavorecedora que antes.
“Antes el ahorro voluntario tenía un trata miento diferente. Todo está dentro de la misma canasta, no es el mejor camino si queremos incentivar el ahorro porque estás mezclando el gasto corriente con algo de largo plazo como el ahorro voluntario”, explica Somohano.