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Los países no pueden beneficiarse de los efectos transformadores de la tecnología a causa de la brecha digital y debido a nuevos riesgos como mercados laborales polarizados y aumento en la desigualdad, indica el estudio Dividendos Digitales 2016 del Banco Mundial.
Según cifras del Banco Mundial de 2015, 70 millones de mexicanos no tienen acceso a internet y cerca de 60% de la población mundial carece de conectividad y no puede participar en la economía digital.
Para eliminar la brecha digital en México se requiere de una inversión de 5 mil millones de dólares anuales entre 2013 y 2023, según las estimaciones de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (Asiet).
Por otra parte, el estudio menciona que los beneficios que generan las tecnologías digitales pueden verse afectados por riesgos como mercados de trabajo polarizados y un incremento en la desigualdad social.
“Muchas economías avanzadas enfrentan mercados de trabajo cada vez más polarizados y un aumento de la desigualdad, en parte debido a que la tecnología acrecienta las habilidades de más alto nivel y reemplaza los trabajos rutinarios, lo que obliga a muchos trabajadores a competir por empleos con baja remuneración”, explica el estudio.
El Banco Mundial menciona que las empresas incipientes pueden mejorar el mercado, pero es posible que se enfrenten a intereses creados e incertidumbre en materia regulatoria que obstruyen la competencia y el ingreso de las nuevas compañías.
“Internet puede ser una plataforma para el empoderamiento universal, pero no cuando se transforma en un instrumento de control por parte del Estado y de captura por parte de las élites”, subraya.
Esto se debe a que la economía de internet favorece los monopolios naturales, por lo que la falta de un entorno de negocios competitivo puede traducirse en una mayor concentración de los mercados, beneficiando a las empresas establecidas en ellos.
Explica que los avances no son los esperados debido a que, antes de implementar la tecnología, se deben mejorar las áreas dentro de las empresas y gobiernos encargadas de determinar si las herramientas digitales van a ser eficaces.
“Los países que no implementen las reformas necesarias quedarán rezagados en la revolución digital, para quienes introduzcan estos cambios, las inversiones en tecnología producirán cuantiosos dividendos digitales, y estos se distribuirán ampliamente entre todas las partes interesadas”, señala el análisis.
El Banco Mundial define los dividendos digitales como aquellos beneficios en términos de desarrollo derivados de la utilización de las nuevas tecnologías.
Para lograr que dichos dividendos digitales sean efectivos, el Banco Mundial recomienda a los países que fomenten el acceso universal a internet a un costo asequible.
Sin embargo, aunque el acceso a internet es un factor importante, no es suficiente, ya que se requieren bases “analógicas” sólidas, es decir, regulaciones que generen un clima de negocios dinámico y que permita a las empresas sacar el mayor provecho de las tecnologías digitales para competir e innovar.
“Habilidades que permiten a los trabajadores, empresarios y funcionarios públicos aprovechar las oportunidades que ofrece el mundo digital, e instituciones responsables que utilizan internet para empoderar a los ciudadanos”, dice el estudio.