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El reto de los próximos años para la industria tradicional del automóvil, centrada en el motor de combustión interna, será reemplazar la capacidad instalada actual por un volumen similar con las nuevas tecnologías. Esto dependerá del desarrollo tecnológico de cada compañía y de la fortaleza de su estructura financiera, para poder adaptarse a las nuevas realidades de cero emisiones, cero accidentes y cero propiedad, con una fuerte reinversión de utilidades y probablemente será necesario realizar nuevas inversiones, sin haber depreciado las actuales.
Por su parte, nuevos competidores están ingresando al sector y apostando por nuevas tecnologías que empiezan a trazar el camino hacia el automóvil del siglo XXI. De los líderes mundiales actuales, ¿cuáles serán capaces de reconvertirse? Tesla es sin lugar a dudas uno de los posibles ganadores ante un cambio tecnológico de esta magnitud.
Tesla está desarrollando un ambicioso proyecto de manufactura en Reno, Nevada, conocido como “Gigafactory”, que contará, una vez finalizado, con un área de 10 millones de pies cuadrados. De acuerdo con Bloomberg, más de 2 mil 900 personas ya se encuentran trabajando en esta planta, produciendo baterías de iones de litio que alimentarán a sus vehículos y productos relacionados con almacenamiento de energía. La investigación y desarrollo de este proyecto se realiza en colaboración con Panasonic. Cuando se concluya, generará cerca de 10 mil empleos fijos.
Este complejo forma parte del plan de crecimiento de la compañía, y de la promesa de producir 500 mil unidades anuales a finales de esta década. Un reto difícil de alcanzar, si se considera que produjo alrededor de 75 mil vehículos en 2016, aproximadamente un 15% de su meta. El proyecto “Gigafactory” es una pieza fundamental para alcanzar esta meta, si tomamos en cuenta que la capacidad actual instalada de baterías de litio en el mundo —de la cual cerca de 90% se encuentra en China, Corea del Sur y Japón— no sería suficiente para cubrir la demanda de las 500 mil unidades de autos eléctricos que Tesla quiere fabricar al año.
Actualmente, Tesla cuenta con una planta en Freemont California, con capacidad para producir 100 mil vehículos anuales en un espacio de 5.3 millones de pies cuadrados. Estas instalaciones eran parte de un proyecto en conjunto entre General Motors y Toyota, llamado “New United Motor Manufacturing, Inc”, de 1984 a 2009, que ahora han pasado a Tesla.
De los cuatro fabricantes más importantes en volumen de unidades (millones de unidades en 2016) que compiten en el mercado automotriz -VW, 10.31; Toyota, 10.18; GM, 9.97, y Renault-Nissan, 9.96-, ¿cuáles sobrevivirán a los cambios tecnológicos de los próximos cinco años?
Como lo comentamos antes, de estas compañías sobrevivirán las más rentables y con la mejor estructura financiera.
En este momento, algunas siguen invirtiendo en plantas nuevas de motores de combustión interna, y parece ser difícil que recuperen su inversión, afectando de manera importante las utilidades de la empresa, y al mismo tiempo, tendrán que invertir recursos nuevos para las nueva tecnologías.
Así, en busca de alcanzar economías de escala y compartir costos de investigación y desarrollo, el Grupo Nissan-Renault adquirió recientemente una parte de Mitsubishi, un fabricante japonés con excelente ingeniería, pero sin los recursos para hacerle frente al reto de las nuevas tecnologías.
En síntesis, es de esperarse que en el futuro próximo sigamos viendo asociaciones y fusiones estratégicas principalmente entre los fabricantes con menores volúmenes de producción y estructuras financieras más débiles.
El autor es profesor decano del área de Dirección de Operaciones de IPADE Business School