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El incremento a los precios de las gasolinas y el diésel es desproporcionado y fuera de magnitud, ya que el gobierno federal trasladó toda la carga al consumidor final, en lugar de buscar esquemas de reducción de carga fiscal, aseveró el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Gustavo de Hoyos. 

”El mercado de precios abiertos es adecuado porque permite que la participación de más actores fije el precio final de acuerdo a la libre competencia, sin embargo en México, el componente de impuestos que tienen los precios de  gasolinas y diésel es muy elevado, más del 40 por ciento”.

Expuso que si bien la Confederación impulsa la libre competencia y le apuesta a la reforma energética, no están de acuerdo en que se afecte al usuario final por un incremento de precios de combustibles como el actual, que llevó a la gasolina magna de 13.98 a 15.99 pesos por litro.

En un comunicado, el presidente de la Coparmex llamó al Congreso de la Unión a revisar y a hacer los ajustes pertinentes a la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) para “aminorar las afectaciones y evitar su impacto directo a la economía de los consumidores finales”.

Además dijo que es necesario revisar los porcentajes considerados en la fórmula para la determinación de los precios, de manera que bajen los impuestos.

lsm

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