CIUDAD DE MÉXICO/SAO PAULO.— Inversionistas extranjeros en América Latina empiezan a ver a Brasil como una prometedora apuesta de cambio de rumbo, mientras se enfría el interés por México y una histórica reforma energética que aún no da frutos.

Brasil aún debe recuperarse de su peor recesión en décadas, la inflación y su tasa de interés están entre las más altas de la región y su economía está empantanada por un desproporcionado sector público.

En contraste, México crece en torno a 2%, tiene déficit fiscales más bajos y finanzas públicas más saludables.

Sin embargo, mientras la agenda de reformas del presidente interino de Brasil, Michel Temer, ofrece algunas promesas, México —hasta hace poco la niña bonita de los inversores extranjeros— es ahora una fuente de decepción.

Un desplome de los precios del petróleo frustró la expectativa de que la apertura del sector energético, liderada por el presidente Enrique Peña Nieto en 2013, junto con reformas a las telecomunicaciones y la banca, impulsarían la inversión extranjera y el crecimiento. En tanto, algunos nubarrones acechan ahora el presupuesto y la economía.

De 12 fondos consultados por Reuters, siete han vendido recientemente bonos de México y nueve han comprado bonos de Brasil. Cinco de los compradores de Brasil fueron vendedores de México. Cinco mantuvieron estables sus inversiones mexicanas, mientras tres dejaron sin cambio su exposición a Brasil.

Los fondos se incluyen entre los principales inversionistas en ambos países, según información de Thomson Reuters.

Fondos mutuos de bonos brasileños vieron hasta mayo compras netas y retornos del 16 por ciento en dólares, mientras que los fondos de deuda mexicana perdieron un 4.5% y registraron retiros, según Lipper.

“Brasil ofrece mucho potencial de un cambio de rumbo”, dijo Michael Ganske, jefe de renta fija de mercados emergentes en AXA Investment Managers, quien mencionó un regreso a políticas más creíbles, una inflación a la baja y potencial para agresivos recortes de la tasa de interés.

Aquellos que apostaron por Brasil a inicios de año ya han visto buenos retornos mientras que en México la depreciación del peso mermó las ganancias en dólares.

Las acciones, bonos y moneda brasileñas están entre los activos de mejor desempeño en el mundo este año, con el real en el número uno entre las 36 divisas más negociadas, con una apreciación en torno al 20 por ciento frente al dólar.

En el otro extremo, el peso mexicano ha sido la segunda moneda con peor desempeño entre las principales divisas emergentes este año, sólo detrás del peso argentino, y opera cerca de su mínimo récord pese a un agresivo incremento de la tasa de interés que apuntó a detener su caída.

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