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A pesar de que la junta de gobierno del Banco de México (Banxico) ponderó que la expansión del gasto corriente y la situación en Petróleos Mexicanos (Pemex) pueden poner en riesgo a las finanzas públicas, no todos los miembros estaban de acuerdo en que se recortara el gasto y subiera la tasa de interés al mismo tiempo.
Así aparece en la minuta número 41 de la reunión con motivo de la decisión de política monetaria que se llevó a cabo el 4 de febrero con la asistencia de los cinco miembros y en presencia del subsecretario de Hacienda, Fernando Aportela. En esa sesión se decidió por unanimidad dejar en 3.25% la tasa de referencia, a pesar de que se puso de manifiesto la gran preocupación por el traspaso de la depreciación adicional del tipo de cambio a la inflación.
Uno de ellos indicó que a su parecer no es recomendable ajustar la política monetaria al mismo tiempo del ajuste en la política fiscal, porque la actual fase del ciclo económico, así como la inflación y sus perspectivas, parecen no ameritarlo.
No obstante, alertó que existe un canal de expectativas y de toma de riesgos que puede conducir a una depreciación excesiva o desordenada del tipo de cambio nominal y que, ante ello, hay que mantenerse muy vigilante, porque en ese caso sí se tiene que emplear la política monetaria.
La mayoría señaló que la política monetaria se encuentra en una situación muy compleja, ya que la coyuntura ha cambiado desfavorablemente y los riesgos se han acentuado.
Un miembro agregó que el riesgo de una depreciación más profunda del peso se ha materializado, por lo que puede aumentar el peligro de efectos de segundo orden.
Como riesgos adicionales, algunos recalcaron la posibilidad de que se registre un aumento brusco de los precios de los productos agropecuarios.
La mayoría estimó que, en el corto plazo, el balance de riesgos para la inflación se ha deteriorado, en tanto que en el mediano se mantuvo sin cambio respecto de la decisión anterior.
Algunos indicaron que el balance de riesgos es al alza. Entre los motivos, la mayoría dijo que el más importante es que persista la depreciación reciente de la moneda nacional o se acentúe, lo cual pudiera llegar a contaminar las expectativas de inflación.