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El riesgo de un aumento de impuestos siempre existe en México, debido a la fragilidad de las finanzas públicas y la facilidad para gravar a ciertos sectores productivos, aseveró Jorge Terrazas, director de la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (Anprac).

El organismo, representante de empresas como Coca-Cola FEMSA, Arca Continental, Grupo Peñafiel y PepsiCo, buscará defender de manera proactiva la categoría de refrescos en 2016, por lo que no considera negativo el financiamiento de investigaciones o estudios para analizar el impacto del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS).

Luego de la entrada en vigor del impuesto en enero de 2014, la Anprac anticipa que en 2016 la industria podría registrar su primer año de crecimiento en volumen de ventas en un nivel cercano a 1%, y considera que el gusto de los mexicanos aún prefiere los productos calóricos, ya que aquellos bajos o nulos en calorías significan apenas 10% de las ventas de la industria.

¿Cómo cerró 2015 en términos de volumen?

—Después de 2014, nuestra industria tuvo una afectación en el volumen. En 2014 fue de una disminución de 1.9%, según datos del Inegi y en buena parte se explica por precios, que aumentaron más de 15%, pero esto se está recuperando y para octubre de 2015 vemos una disminución de 0.8%. Hay una tendencia diferente que apunta a la estabilidad del volumen y muy probablemente crecimiento. Para finales de noviembre está alrededor de 0.3%, esto nos dice mucho del consumidor y está regresando a niveles en donde ha estado la industria, de 1%.

Es relevante que más de 65% de lo recaudado por IEPS viene de los estratos más bajos de la estructura social. El consumidor de menos ingresos es quien más ha contribuido y a pesar de las afectaciones, sigue consumiendo estos productos, sólo deja otros.

¿Cuáles son las expectativas en 2016 en ventas y volumen? Tras el impuesto, ¿2016 será el primer año con crecimientos en la industria?

—Vemos que sí, la tendencia así nos dice; no me gusta hacer pronósticos, pero insisto que estamos viendo esto en términos de tendencia. Sí creemos que tenga un crecimiento y un resultado positivo en los mismos niveles en que ha estado. Indudablemente, el impuesto no ha afectado el consumo, ha sido marginal el impacto y el Colegio de México tiene hallazgos y conclusiones que nos dice lo mismo, también el ITAM; entonces hay instituciones serias de prestigio que hacen trabajos en ese sentido, por lo tanto el impuesto no está logrando lo que se quiere.

¿Cómo va el consumo en productos bajos en calorías?

—La industria viene creciendo en sus presentaciones y productos como agua embotellada, donde crece a tasas de dos dígitos muchos antes de 2014, tenemos en nuestro portafolio 37% de productos bajos en calorías o no calóricos, incluida el agua. Es difícil cambiar el gusto del consumidor, todavía los de bajas calorías siguen siendo participación menor, aproximadamente, alrededor de 10% (en ventas).

¿Hay cautela entre los socios por los temas macroeconómicos?

—Esta industria es muy representativa de la economía mexicana, tenemos inversiones constantes y siempre está dispuesta a generar más empleos, a pesar de la coyuntura económica, por el tipo de cambio y el precio del petróleo. Sus decisiones son de largo plazo, por lo que no son elementos que distraigan a los objetivos de los últimos años.

¿Prevén aumento de precios en sus productos en 2016?

—Los precios en 2014 aumentaron en doble dígito, pero a finales del año pasado el efecto en precios no fue mayor a 3.5%, no llega a 4%. Entonces los efectos de precios no son en estas magnitudes y creemos que la estabilidad es buena parte del juego.

¿Ve factible consolidación de los embotelladores? ¿Hay indicios, o sólo está latente?

—Vemos que hay grupos que están representados en la Anprac de carácter regional, local y nacional y seguimos teniendo un equilibrio en el grupo. No tengo elementos [de indicios], pero la industria está unida.

¿Cuáles son las áreas estratégicas para poner énfasis este año?

—Anprac viene desde hace varios años evolucionando en la agenda de actividad pública de los asociados, los embotelladores de la industria refresquera mexicana. La Anprac ha diseñado una estrategia y acciones a favor de defender la categoría de refrescos, que tiene una gran aportación a la economía nacional, pues genera más de 1% del Producto Interno Bruto (PIB), tiene más de un millón de empleos directos e indirectos e invierte poco más de 600 millones de dólares anuales.

Es una industria que además del impacto en la cadena de valor y el valor agregado tiene un reconocimiento importante dentro y fuera del país. El tema principal de los últimos años ha sido el establecimiento del impuesto, como ha amenazado el negocio y en ese sentido hay algunas cosas interesantes; a pesar de que en 2014 tuvo un efecto mayor, se está recuperando y el consumidor vuelve al consumo habitual.

¿Cómo ven las expectativas para el impuesto? ¿Ven riesgos de aumento, o hay posibilidades de reducirlo o eliminarlo?

—Siempre existe el riesgo en un país como México, donde el fortalecimiento de las finanzas públicas es una prioridad y donde sabemos que el Estado mexicano tiene mucho por hacer; este tipo de impuestos tienen una característica importante para el gobierno porque son fáciles de recaudar, hay una claridad en el contribuyente.

Siempre hay riesgo de aumento en impuestos, eso lo tenemos muy claro, en todos los sectores de la economía mexicana por esta fragilidad de las finanzas públicas. Creemos que lo relevante es que trabajemos en conjunto, el impuesto ha sido lo adecuado por la razón que se estableció. Fue una estrategia del presidente [Enrique] Peña Nieto dentro de un plan para combate a la obesidad y uno de los temas era cómo los impuestos colaborarían.

Lo que sí creemos es que la solución es integral, dada la complejidad del problema de obesidad y sobrepeso en México el tema está sobrevalorado. Un solo aspecto para resolver un problema complejo es muy difícil.

Uno de los temas importantes es que la industria ya paga el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y el IEPS. Si lo ves como total, esta industria tiene 33% de carga fiscal. Es alta y no es competitiva con varios sectores mucho menos con la industria de otros países. Hay que ser equilibrados, hay que cuidar porque generamos muchos empleos y somos parte de la economía nacional.

El intento por reducir el impuesto a productos con menor carga calórica en la pasada negociación del paquete fiscal ¿fue un fracaso?

—Hubo mucha desinformación, hubo una percepción alta de que había un incentivo para toda la industria, esto no era así. La propuesta que la Cámara de Diputados aprobó junto con el Ejecutivo en el ramo del impuesto a las bebidas azucaradas proponía un incentivo que equivalía a 50% del actual IEPS a productos bajos en calorías. Este universo de productos representaba abajo del 1% de la oferta, era un incentivo a una parte muy pequeño en el mercado. Estamos a favor de que se den incentivos a la reformulación, nosotros en la industria tenemos la posibilidad de ser innovadores y se invierte en desarrollo de estos productos que contribuyen menos a las calorías, por lo que la anterior parecería un instrumento o propuesta bastante positiva.

¿En dónde estuvo el apoyo a esta propuesta, en el PAN o PRI?

—En la Cámara de Diputados y Senadores tenemos gente que son conocedores, aliados con la industria, no es un partido en específico, lo que sí creemos es que algunos tienen más información que otros. No daría una respuesta de si fue un partido u otro, pero las plataformas de los partidos son claras sobre aquellos que están dispuestos a generar incentivos o que una economía sea mucho más sólida.

Los estudios del Colegio de México y el ITAM que se contraponen a los de la Universidad de Carolina del Norte y los del Instituto Nacional de Salud Pública, ¿están siendo patrocinados por socios de la Anprac?

—Acabas de mencionar dos ejemplos de instituciones académicas serias, solidas, con investigadores de renombre, con muchos años de trabajar, y en algunos casos el financiamiento que les llegue a estos estudios, en el caso específico del trabajo del Colegio de México, la Anprac financió esto, no tenemos por qué no decirlo, siempre existe una gran seriedad, profesionalismo, independencia en cuanto al resultado y conclusiones de su trabajo, con la idea de que hay estudios que colaboren explicar el tema de la mejor manera. Creo que seguro en el caso de estas instituciones tan importantes, el financiamiento no tiene por qué afectar las conclusiones de un estudio serio.

¿No ve conflicto de interés? ¿Un estudio que hablara mal o diera conclusiones negativas para la industria se difundiría?

—Muchas instituciones en México y el mundo son financiadas por empresas o industrias por diferentes razones. Así es como es la manera en como muchas de las universidades en el mundo trabajan, con los resultados está en juego el profesionalismo de dichos investigadores e institutos, estoy seguro que no podrían en riesgo su prestigio y su imagen.

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