Más Información
México cierra 2024 en medio de crisis de violencia: Alito; destaca más de 208 mil homicidios en gobiernos de la 4T
Dan prisión preventiva a 2 sujetos por portación de armas exclusivas de las Fuerzas Armadas; fueron detenidos con explosivos
2025 será “extremadamente difícil” para los mexicanos: PRI; señala a recorte presupuestal, megaproyectos e impuestos
Asesinan a 111 personas en Nochebuena y Navidad en el país; Edomex registra mayor número de víctimas
Mastercard, una de las dos redes de pagos más grandes del mundo, considera a Sr. Pago como un caso de éxito de innovación en tecnología e inclusión financiera, no sólo en México, sino en el mundo. Su fundador, Pablo González, ha sido invitado varias veces al foro de innovación que se organiza anualmente en Miami para que cuente cómo desarrolló un lector de tarjetas de crédito y débito que le permite a miles aceptar plásticos como medio de pago y con ello mejorar sus oportunidades económicas. En un país como México, es un logro notable.
“Somos un caso de éxito para Mastercard a nivel mundial. Son pocos los países que se parecen a nosotros, pero de los que se parecen, somos el único que tiene un producto resuelto de esta forma”, explica Pablo, un emprendedor serial que desde 2013 arrancó esta startup fintech (de tecnología financiera), que fue una de las pioneras en el ecosistema de empresas fintech que hoy se está desarrollando de manera estrepitosa en el país.
El lector de Sr. Pago no tiene competencia en lo que respecta al segmento de personas no bancarizadas. Gracias a su lector de tarjetas, cualquier persona puede vender algo y aceptar tarjetas de crédito o débito como forma de pago sin tener que tener una cuenta en un banco. Incluso puede ofrecer su producto o servicio a meses sin intereses. El dinero cae en una cuenta concentradora que está ligada a un plástico, con lo que la persona puede, ya sea retirar sus ganancias a través de un cajero automático o gastarlas en los millones de sitios que aceptan tarjetas Mastercard.
Este lector abre la posibilidad a todo aquel que tenga la aceptación de otros medios de pago, de ganar entre 30% y 40% más de lo que ganaría sin tener esta posibilidad, con lo que la bancarización demuestra, como asegura el Banco Mundial, que puede ser la clave para reducir la pobreza e impulsar la prosperidad.
El desarrollo de esta solución cobra relevancia en un país como México, en el que menos de 40% de las personas de más de 15 años está bancarizada, de acuerdo con el Global Findex 2014, una medición realizada por el Banco Mundial. Esta situación se agrava al hablar de los más pobres: Sólo 29% tiene cuenta, y entre aquellos que viven en áreas rurales, el número disminuye a 28%.
En comparación con la medición anterior de 2011, el porcentaje de adultos con una cuenta aumentó 12% en tres años. ¿Qué tan importante es que hoy cualquier estilista, taxista, tendero o en general, cualquier persona que no tenga una cuenta bancaria, pueda recibir pagos con tarjetas de crédito? Es esencial, porque la inclusión financiera es un indicador clave de desarrollo y puede significar mayores oportunidades y acceso a capital que le permite a los ciudadanos crecer y desarrollarse mejor.
De aquí que el desarrollo de empresas como Sr. Pago sea esencial y sea un paso para la reducción de la pobreza. En un ecosistema de startups fintech como el mexicano que hoy es incipiente y que apenas se está empezando a desarrollar, Sr. Pago fue una de las pioneras en apostar por la inclusión financiera como core de su negocio.
Pablo es un emprendedor serial. Con menos de 20 años, fundó su primera empresa, la cual se dedicaba a rentar sonido para fiestas. Posteriormenla vendió a la empresa de producción audiovisual para eventos sociales, Music Systems. Fundó EXA Radio y EXA TV, dirigió el canal 52, fundó una agencia de publicidad y fue el primero en iniciar Raw Foodie, una plataforma de e-commerce dedicada a comercializar productos orgánicos.
El proceso creativo
La visión de la empresa es ambiciosa: Sr pago quiere ser “el banco del no bancarizado, pero sin ser un banco”. En consecuencia, entre sus planes futuros se encuentra el desarrollo de otros productos también enfocados al sector no bancarizado, pero en otros rubros como el comercio electrónico.
¿Cómo llegaron a la solución correcta para el público correcto? Fue, como suele ser en las empresas que logran llegar a entender verdaderamente a sus clientes, a través del ensayo y error, lo que prueba que lean startup, el método para emprender que hoy está en boga y que se basa en esta validación del producto con los clientes finales, sí funciona. La idea original era ofrecer un lector de tarjetas de crédito y débito, pero que concentrara los fondos en una tarjeta de débito. Pero conforme pasó el tiempo de desarrollo de producto, se darían cuenta de que no sería suficiente.
“Íbamos con los sindicatos de taxis, con las empresas de multinivel y les queríamos vender el aparato para sus vendedoras, y les gustaba mucho, pero nos decían que sus vendedoras no tenían cuenta de banco. Ahí nos cayó el veinte de que si realmente queríamos crecer y tener la escalabilidad que esto tenía, necesitábamos desarrollar un producto para el sector no bancarizado”, explica Pablo.
Así, después de cerca de tres años de ensayo y error, surgió su producto principal: el lector de tarjetas de crédito para quienes no tienen una cuenta de banco.
“Nadie tiene este proceso. Somos los únicos que estamos en 70% no bancarizado. En el otro 30% tenemos competencia con otras tres empresas, pero en ese 70% estamos solos”, explica Pablo.
Una reducción de tiempo
El proceso para empezar a usar el dispositivo de Sr. Pago dura cinco minutos, contra 31 días —según los estudios realizados por esta startup— que le tomaría a una persona no bancarizada sacar solamente todos los documentos necesarios para abrir una cuenta de débito en cualquier banco. A esto falta sumarle la semana que tarda el proceso de apertura de una tarjeta de débito en cualquier institución bancaria.
“Nosotros ante el gobierno, ante el SAT, tenemos la cachucha de inclusión financiera porque permitimos que la persona en cinco minutos pueda acceder al sistema financiero”, asegura Pablo González.
Primero, un crecimiento orgánico
Sr. Pago empezó con capital semilla y en sus inicios creció orgánicamente. Fue hasta el año pasado cuando levantó una primera ronda de inversión de 4 millones de dólares con distintos inversionistas. “Ahora vamos a 30% del camino después de haberlo levantado, y vamos bien”, asegura su fundador. IGNIA y EB Capital, y FL, un fondo internacional con sede en Miami, fueron los fondos que le aportaron recursos. Luego de haber recibido este dinero, esta startup mexicana tiene una meta ambiciosa: Si en 2016 colocaron 50 mil dispositivos en el territorio nacional, en 2017 el objetivo es quintuplicar sus operaciones.
Emprender nunca es sencillo. Hace cuatro años, Pablo González tenía menos canas de las que tiene hoy, asegura riendo. Y después de este tiempo de altas y bajas, su recomendación para los emprendedores que empiezan es el de no esperar a tener todas las condiciones favorables, sino simplemente, con lo que tengan, dar el paso.
“Es una barrera mental que tienen. Si tienen una idea, métanse a internet a investigar cómo hacer una presentación de ventas para sustentar el producto, y con ese proyecto bien hecho levantas inversión con algún capitalista ángel. Nunca vas a tenerlo todo puesto, necesitas empezar por algo”, asegura.
¿Cómo es emprender? “Es remar contra corriente y aguantar ahí durante un buen rato”, asegura. Emprender es también sobrellevar la palabra “no” y que te cierren las puertas una y otra vez. “Emprender es una montaña rusa de emociones y no estamos muy acostumbrados al rechazo”, asegura. ¿Otro consejo? No tomarse personal las negativas, porque toda empresa que quiere crecer rápido va a pedir dinero una y otra vez. “Es una historia que nunca termina a menos que tu empresa se venda”, añade.
Hoy, Pablo está nominado por Expansión al emprendedor del año, un reconocimiento que esta revista otorga a emprendimientos que se caracterizan por tener un alto componente de innovación, impacto económico, potencial de crecimiento, alcance social y escalabilidad.