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A partir de 2014, Cuba cambió la letra escrita y con ello la posibilidad de que un nuevo contexto jurídico abriera la puerta para que la inversión extranjera pueda hacer su llegada definitiva a la isla. La Asamblea Nacional del Poder Popular de la República de Cuba aprobó en abril pasado un nuevo marco jurídico que puede convertirse en la llave del crecimiento cubano y que busca establecer un régimen de facilidades, garantías y seguridad jurídica al inversionista que propicie la atracción y el aprovechamiento del capital extranjero para ese país.
Cuba busca diversificar y ampliar sus mercados de exportación y acceder a tecnologías de avanzada gracias a esta reforma.
Además, esta ley vino a dar certidumbre a los inversionistas interesados en la isla.
Si bien a partir de 1990 hubo cierto “boom” de inversión extranjera, para la década siguiente se comenzó a limitar la autonomía empresarial, aumentó la centralización financiera y aumentó el control sobre el comercio exterior, explica el estudio La inversión extranjera de la Unión Europea en Cuba.
En consecuencia, a partir de 2002 la inversión extranjera de la isla comenzó hasta contraerse a la mitad de lo que se proyectaba para 1995. “La política de asimilación de inversiones y contratos ha estado lejos de ser estable en los últimos 20 años”, sostiene al respecto este estudio comercial.
Pero hoy, las cosas son diferentes para el país caribeño: “Antes se hablaba de riesgo, pero hoy hay un marco legal que ya les a las empresas dice el qué, cómo, cuándo y con qué. Para entrar en Cuba sólo es cuestión de atreverse”, explica Beatriz Barreto, presidenta de la Cámara Binacional de Negocios México-Cuba.
Esta ley sustituye a la Ley de Inversión extranjera 77, la cual regía las relaciones comerciales del país caribeño desde 1995, apenas unos años después de que se disolviera la Unión Soviética, de la que Cuba había sido un aliado principal en la Guerra Fría.
Poco después de subir al poder Raúl Castro, en sustitución de su hermano Fidel Castro en 2006, el actual mandatario cubano anunció una serie de reformas estructurales. Y ésta para México, es una puerta a nuevas posibilidades de intercambio comercial.
Oportunidad para los mexicanos
“México tiene una gran posibilidad de extender su mercado al mercado cubano. Entre las ventajas que tiene es la cercanía geográfica y es una gran ventaja sobre cualquier otro país. México tiene muy buenos productos y una alta experiencia en varios sectores, entre ellos, el sector turismo”, asegura Beatriz Barreto.
Cuba está a poco más de mil 700 kilómetros de México (CDMX).
Un barco que zarpe de Veracruz llega en tres días a la Zona Especial de Desarrollo de Mariel, un puerto remodelado e inaugurado en 2014 con el objetivo de ofrecer una serie de estímulos al inversionista extranjero, entre los que se encuentra una exención del impuesto sobre utilidades durante 10 años.
A fines de enero de 2014, se cortó el listón rojo que marcaría la remodelación de este puerto. Si antes su imagen era la de refugiados desesperados buscando salir de la isla, hoy este espacio busca convertirse en un atractivo para todo aquel que quiera invertir en ese país, debido a las facilidades que otorga.
Esta zona comercial busca ser un “referente del desarrollo tecnológico de la región” y un atractivo para la captación de capital extranjero. Está al oeste de La Habana y tiene una extensión de 465 kilómetros. “A Mariel se le llama ‘el nuevo rostro de Cuba’ para el inversionista extranjero”, explica Barreto.
En México ya existe el intercambio comercial con este país, sin embargo, éste no es significativo con nuestra balanza comercial.
Las exportaciones son lejanas al 1% y las importaciones no superan 0.01%, concluye un texto publicado en la revista del Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext).
“Las cifras se encuentran relacionadas con la naturaleza y la composición de la economía cubana, que aún podríamos definir como mayoritariamente cerrada y con la existencia de socios comerciales con mayor peso que México”, explica este análisis.
En noviembre de 2013, ambos gobiernos relanzaron sus relaciones al actualizar el marco jurídico bilateral de ambos países, durante la visita del canciller cubano a México. Ya para enero Castro visitó por primera vez México y como parte de este mismo lanzamiento se abrió en 2014 la consejería comercial de ProMéxico en ese país.
“Cuba hoy es una oportunidad por las modificaciones en su modelo económico que permiten que el extranjero llegue e invierta a Cuba”, asegura la especialista. No sólo se trata de comercializar, sino de invertir en cualquiera de los esquemas que ofrece esta ley.
Sectores clave
El sector del turismo es uno de los más importantes en ese país. Hoy, es en el que más interviene la inversión extranjera (52% de los negocios están en este rubro) y uno de los que prevalece como uno de los que ofrecen mayor oportunidad.
Pero no es el único. El sector minero, agroalimentario, de energía renovable, petrolero, industrial, transporte biotecnología y medicamentos, salud, construcción, comercio y audiovisual también abren las puertas para los empresarios mexicanos.
En nuestro país ya hay varias empresas interesadas, entre las que se encuentra una productora de mole y otra de artesanías, entre otras. “¿Qué es lo que se necesita? Atreverse”, asegura Beatriz. Además, por supuesto, de estudiar el mercado cubano.
La Cámara que ella preside busca ser un apoyo para las empresas mexicanas —sobre todo para las pequeñas y medianas— que están interesadas en incursionar en ese país en cualquiera de sus formas, tanto que quieran exportar como que busquen establecer un esquema mixto de inversión con capital cubano o establecerse dentro de ese territorio.
“Uno dice muy fácil ‘exporten’, pero ¿cuál es toda la normativa y todo ese camino que se requiere desde que el producto está en la planta? ¿Cómo promueves ese producto en el otro país? Cuba está recibiendo oferta de muchos otros países entonces hay que decir por qué seleccionar el mexicano”, asegura Beatriz Barreto. Hasta el momento, la Cámara ha tenido contacto con 140 empresas, de las cuáles, se espera que puedan concretarse alrededor de 10%.
Cuba y su economía
En diciembre de 2014, se escribió un nuevo capítulo en la historia de ese país, al iniciar el restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció un trato comercial con la isla, luego de que ambos países mantuvieran un bloqueo comercial desde inicios de la década de los 60.
Las relaciones se rompieron cuando Estados Unidos impuso este embargo en respuesta al endurecimiento de medidas del nuevo régimen revolucionario, las cuales significaron expropiaciones de negocios y propiedades de ciudadanos estadounidenses.
Posteriormente, en los 90, este embargo se recrudeció con diversas medidas y se convirtió en ley con la aprobación de una legislación que penalizaba la realización de negocios en esa nación caribeña.
“Hoy es una economía que está apenas modificando un modelo económico. No es sencillo, hay un tema cultural, político, pero van bien. Van despacio, no es un proceso que pueda ser a corto plazo.
Esas reformas a la ley muestran la nueva visión que tiene Cuba”, explica la especialista.
Un gran coadyuvante para la transformación cubana será cuando Estados Unidos levante el embargo de manera definitiva, para lo cual, Cuba se ha estado preparando. La inauguración del nuevo puerto de Mariel y esta reforma son algunas de las muestras.
“Cuando entre Estados Unidos, va a ser un factor muy importante porque el norteamericano es muy atrevido y tiene dinero”, asegura Beatriz Barreto.
En este sentido, el consejo para las empresas mexicanas que desean probar suerte en este mercado, es que se atrevan: “No queremos que entre primero Estados Unidos y nos quite lugares que pueden ser nuestros”.