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Con “la gallina de los huevos de oro” seca y la mayoría de los yacimientos petroleros exprimiéndose, México se ve obligado a comprar, por primera vez en su historia, 50 mil barriles diarios de petróleo crudo tipo de ligero a Estados Unidos a partir de 2018 y por un periodo inicial de tres años.
La importación de aceite producido en EU, es un hecho y así lo hizo saber la Secretaría de Energía (Sener) en la Prospectiva de Petróleo Crudo y Petrolíferos 2016-2030.
Este es uno de los primeros asuntos en materia energética entre México y Estados Unidos que habrá de recibir el presidente Donald Trump, puesto que las negociaciones iniciaron antes de que asumiera la presidencia.
El o los contratos que se suscriban consideran la importación de crudo tipo West Texas Intermediate (WTI, 36 Grados API) y una mezcla conocida como Mars (de 28-30 Grados).
Este tipo de aceite se contempla destinar a las refinerías de Tula y Salamanca hacia el final de esta administración y los dos primeros años de la siguiente para “mejorar la rentabilidad de estos complejos”.
El crudo que se comprará ayudará a resolver un cuello de botella que está presentando el Sistema Nacional de Refinación, porque cada vez hay menos petróleo producido en México y en la calidad necesaria para transformarlo en derivados como las gasolinas y el diesel.
En 2004 se obtuvo el mayor nivel de extracción de crudo que el país haya registrado, 3 millones 383 mil barriles diarios en promedio. Tan sólo Cantarell, la “gallina de los huevos de oro”, aportaba 2 millones 125 mil barriles por día.
Al cierre de 2016, la producción promedió 2 millones 153 mil barriles diarios, un millón 230 mil barriles diarios menos que hace 12 años.
Esta situación provocó que el volumen de petróleo disponible para las seis refinerías que opera Pemex cayera sistemáticamente.
Con el ex presidente Vicente Fox, en el año de mayor auge petrolero (2004), las refinerías recibieron un millón 874 mil barriles diarios para procesar 55.7% del petróleo disponible.
Al cuarto año de la presente administración, hubo meses como en diciembre, que se les entregó 771 mil barriles diarios en promedio, 38.9% del crudo disponible.
Esta situación obedece a la declinación natural de los principales yacimientos de donde se obtiene la producción diaria de aceite.
Salvo el activo Ku-Maloob-Zaap, que actualmente es el principal yacimiento petrolero de México, todos los demás están en el ciclo de vida de declinación y mantenimiento o recuperación secundaria y mejorada, lo que significa que necesitan tecnologías para sacar el mayor crudo posible de sus cavernas.
A ello se suma la expectativa oficial de que la crisis de la caída de la producción de crudo se prolongará por lo menos hasta 2019, cuando la plataforma de producción de crudo alcance un millón 925 mil barriles diarios.
Será a partir de 2021, conforme a la información provista por la Sener, que los escenarios de plataforma de producción de petróleo consideran el efecto asociado a los campos adjudicados en las licitaciones de las Rondas 1 a 4, aunque para 2022 se espera que la plataforma apenas promedie 2 millones 600 mil barriles diarios.
Además, la producción que se está obteniendo es de crudo pesado o extra pesado, similar al chapopote, lo que dificulta su procesamiento porque la mayor parte de las refinerías en México están diseñadas para procesar crudo ligero, más líquido y con menos impurezas como el exceso de nitrógeno, que al final contamina al aceite. Situaciones como esta, según ingenieros de Pemex, provocan que las refinerías no estén operando a plena capacidad.
La capacidad de procesamiento de las dos refinerías que recibirán el crudo texano de importación (Tula y Salamanca) ha venido a la baja en los últimos seis años: Salamanca la redujo de 185.8 mil a 156.4 mil y Tula de 266.2 mil a 190.5 mil barriles diarios en promedio.
Esta situación impactó su aportación a la producción nacional de gasolinas, uno de los principales insumos para el país, la cual disminuyó 14.6% y 31.1%, respectivamente.
Contratos
Fuentes del sector energético consultadas por EL UNIVERSAL revelaron que el gobierno mexicano pudo haber empezado a negociar los contratos de suministro de crudo. Con ello, por primera vez en su historia, el país compraría petróleo producido en otras regiones del mundo. En este caso del mercado norteamericano.
El esquema, según la Sener, supone que Pemex va a ser la vía para realizar dichos contratos. La empresa productiva de Estado estaría trabajando en el diseño de los esquemas de nuevos negocios que le permitirán relanzar su sistema de refinación a mediano plazo, incluidos los contratos de suministro de crudo, como parte de su Plan de Negocios 2017-2022.
La estrategia planteada por Pemex para sus refinerías se sustenta en lograr una operación segura y confiable, así como revertir los rezagos en mantenimiento, lo cual puede permitir alcanzar una utilización de capacidad de destilación en un rango equivalente a 75% y 80%, y una reducción del índice de paros no programadas, “los cuales constituyen indicadores operativos básicos para soportar un programa de mejora en los rendimientos de petrolíferos del Sistema Nacional de Refinación”.
Además, se tiene que considerar la competencia entre las refinerías y las importaciones. Cada cliente final y cada intermediario mayorista o al menudeo tiene varias opciones de suministro: refinería mexicana o importación; ambos orígenes con distintas vías y modalidades de transporte (ducto, buquetanque, carrotanque, autotanque y multimodal) y diferentes puntos de almacenamiento.
Si la calidad de los productos es semejante, la elección depende de los precios en refinería, de importación y de los costos de logística de las diferentes modalidades y rutas de transporte y las instalaciones de almacenamiento.
Por ello, la Prospectiva de Petróleo Crudo elaborada por la Sener considera la importación de crudo ligero entre 2018 y 2020.
La decisión coincide con el levantamiento de la prohibición de las exportaciones en EU, lo que, según el Departamento de Energía de ese país, ha permitido embarcar crudo norteamericano a otros países en volúmenes crecientes, desplazando incluso al crudo mexicano.
Mason Hamilton, analista de la US Energy Information Administration, organismo dependiente del Departamento de Energía de EU, informó el pasado agosto que el número de países que están recibiendo crudo norteamericano, desde la eliminación de las restricciones a la exportación de petróleo crudo estadounidense (en diciembre de 2015), se está incrementando.
Las exportaciones fueron en su mayoría a Canadá; sin embargo, ya se incluyen clientes como la isla de Curazao, Holanda, Japón, Italia, Islas Marshall, Francia, Reino Unido, Islas Bahamas, China, Panamá, Israel, Nicaragua, Colombia, Suiza y Perú.
Además, el gobierno norteamericano autorizo también la venta de reservas de petróleo crudo, otras de las vías para que México adquiera el crudo que no se está produciendo.