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maria.saldana@eluniversal.com.mx
El panorama económico para 2016 se complica, sobre todo para la industria mexicana que muestra “resultados inquietantes”, aseveró el presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), Manuel Herrera Vega.
Para el sector industrial solamente se espera un crecimiento 1%, ante el “complicado” escenario en materia de producción, exportaciones y productividad laboral.
“El entorno para los negocios se ha complicado paulatina y consistentemente. La combinación de factores internos y externos alteró el ambiente económico, afectando la confianza empresarial, los planes de inversión y el ritmo de avance de las actividades industriales”.
En el documento “Pulso Industrial”, Herrera Vega, dijo que en 2015 el principal problema de la desaceleración económica del país tuvo que ver con la caída de los precios del petróleo. Pero en 2016 la situación es resultado de que los tres factores que empujan el crecimiento van a la baja: las exportaciones; la caída del consumo e inversiones del sector público y la desaceleración del mercado interno. En los primeros cuatro meses de 2016 disminuyeron las exportaciones manufactureras en 4.3% respecto a lo visto en 2015, en gran parte por la reducción de los pedidos de Estados Unidos hacia los proveedores mexicanos.
Los recortes presupuestales de 134 mil millones y de 31 mil 715 millones de pesos afectaron las adquisiciones del gobierno de bienes y servicios, porque se cancelaron, pospusieron o redujeron diversos proyectos de inversión en infraestructura. Y, en lo que respecta a la caída del consumo interno, las tiendas de autoservicio y departamentales frenaron su ritmo de crecimiento, porque solamente registraron 2.9% en forma nominal, pero si le quitamos la inflación es resultado es de apenas 0.3%.
Por todo ello, “las exportaciones industriales siguen a la baja, lo mismo que la productividad laboral del sector en su conjunto y se acumulan presiones inflacionarias en diversos procesos fabriles. En suma, 2016 se perfila como un año complicado y cargado de desafíos para las empresas del sector industrial”.
El problema es que la producción manufacturera avanza a ritmo lento y “no se perciben indicios de aceleración en los meses por venir, por lo que difícilmente superará el crecimiento de reportado en 2015 y es poco probable que recupere en el corto plazo el rol protagónico que le corresponde como generador de riqueza, valor agregado y empleos”.
La única situación que pudiera favorecer a la industria mexicana es un repunte de la actividad productiva estadounidense, o que se acelere el consumo de productos nacionales en el mercado interno, de lo contrario la producción fabril mantendrá un avance lento.