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El alto contenido de importación en algunos productos fabricados en el país se ha traducido en un aumento de 20% en el costo de las materias primas de enero de 2014 a la fecha por la depreciación del peso, dijo el presidente de fomento industrial de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), Juan Manuel Chaparro Romero.
El alza del dólar a 17.95 pesos en el mismo lapso se ha reflejado en ventajas para apenas 40 mil empresas, agregó.
Entre más alto sea el grado de integración nacional de una fábrica, menor es el impacto de la paridad cambiaria, afirmó.
Una industria que adquiera 65% de sus materias primas en el mercado nacional sólo tiene un efecto por devaluación cercano a 11%, pero si compra 30% de sus insumos en el país, la afectación fue de 20% de aumento en el costo de la materia prima, ejemplificó.
Aunque la paridad cambiaria peso-dólar permite ganar más por exportar, “México importa 72 centavos de dólar en partes, materia prima y componentes por cada dólar que exporta vía sus productos Hechos en México”.
Los productos que se envían al exterior bajo el concepto de maquila sólo tienen adicionado entre 6% y 8% del valor como contenido nacional en promedio.
La fortaleza del dólar beneficia a los exportadores, los cuales “no rebasan 40 mil, dentro de un mercado de poco más de 5 millones de empresas, según el Inegi”, señaló.
“El número de exportadoras que se benefician no rebasa ni 1% del total, pero hay que considerar que la mayor parte de las exportaciones las realizan alrededor de 70% de empresas medianas y grandes”, señaló Chaparro Romero.
El problema es que el contenido nacional es cada vez más bajo. Mientras que en 1995 era de origen mexicano 58% de la materia prima y componentes, se redujo a 28%.
Para Chaparro Romero, ante la pérdida de valor de la moneda mexicana, lo mejor es reactivar el mercado interno, con la compra de productos hechos en el país y comercializados en pesos, como se hace en Estados Unidos, donde apoyan a la industria local y hay programas con incentivos fiscales.
En países como Corea del Sur o Singapur, las entidades equivalentes a ProMéxico, el Instituto Nacional del Emprendedor y Bancomext impulsan las manufacturas en sus mercados locales y en los de exportación, con políticas de fomento industrial y programas de coordinación pública-privada.
Urge un programa de integración nacional que sea desarrollado en conjunto por la SE y las cámaras empresariales, en el que se impulse el mayor contenido nacional, basado en una política de fomento industrial integral, recalcó.
