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Antes de aprobar un presupuesto base cero, se debe analizar si tiene constitucionalidad y hacer una serie de reformas para un mayor control, sugirió el profesor de la UNAM Oscar Nava.

Durante su participación en el foro Sistema nacional de presupuesto, advirtió que a diferencia del presupuesto por resultados, la reingeniería que se pretende hacer al gasto de 2016 sobre una base cero no tiene sustento constitucional.

“Si se aprueba un presupuesto base cero el problema es que no tiene una base constitucional; además hay que tomar en cuenta que es bueno cuando se aplica con otra práctica presupuestaria, porque los proyectos de inversión en infraestructura se llevan dos o tres años”, alertó el docente.

También sugirió reformar lo relacionado con las adecuaciones del gasto e introducir mecanismos de prórroga presupuestaria, para evitar una parálisis en caso de que no se apruebe el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación en la fecha establecida.

El especialista mostró su preocupación por la posibilidad de que a nombre de un presupuesto base cero se recorten programas sociales.

Comentó que algunas dependencias federales realizan a lo largo del año hasta dos mil adecuaciones a su gasto, con lo cual no queda nada de lo que se aprobó en la Cámara de Diputados.

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