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¿Quién ganó los comicios del 6 de noviembre en Estados Unidos? ¿Qué significan los resultados para México? Los datos han sido objeto de lecturas muy diversas, incluso contrapuestas, según el cristal con que se miren. Los dos partidos en liza pueden adjudicarse victorias importantes y al mismo tiempo sufrieron derrotas de relieve. Veo cinco hechos que transforman el panorama político hacia las elecciones presidenciales de 2020.
1. Se registró un cambio en la correlación de fuerzas en el Legislativo. Los demócratas cuentan hoy con mayoría en la Cámara de Representantes, el órgano legislativo que puede iniciar investigaciones sobre las tracalerías de Trump y su presunta evasión fiscal. Sin embargo, si quisieran llegar al proceso de destitución conocido como impeachment, el Senado republicano será un valladar intransitable.
2. Trump reafirmó su control sobre el Partido Republicano. Si durante su campaña insultó a los apparatchik del partido, al cabo de dos años los tiene completamente domesticados: él se presenta como imprescindible para que ganen los republicanos, sea como candidato, sea haciendo campaña.
3. La participación sin precedentes de mujeres —como candidatas y como votantes— marca un punto de inflexión porque junto con los millennials —que votaron en números sin precedentes en las elecciones adelantadas— representan la esperanza de los demócratas de recuperar la Casa Blanca.
4. Texas, que por casi tres décadas ha sido baluarte republicano en elecciones federales, se convirtió en un ‘estado púrpura’. Aunque Beto O’Rourke perdió, pintó de azul los distritos de la frontera con México y las áreas metropolitanas de Austin, Dallas, Houston y San Antonio. Trump derrotó a Hillary Clinton por ocho puntos en las presidenciales de 2016; en 2018 fueron solo dos puntos. Texas será campo de batalla decisivo en 2020.
5. El trumpismo polariza más que nunca —EU vive una verdadera guerra cultural hacia su interior. Mientras el inquilino de la Casa Blanca ve en las caravanas pacíficas de migrantes una invasión y una amenaza a la seguridad nacional estadounidense, horas después de los comicios el ex marine Ian David Long asesinó a 12 personas en un bar de California. La amenaza está en el corazón de la sociedad estadounidense, pero les puedo asegurar que Trump no tocará al poderoso lobby de la Asociación Nacional del Rifle, que financia numerosas campañas electorales.
El escenario no pinta bien para México. En su balance político, Trump concluye que sus diatribas antimexicanas y antiinmigrantes energizan a su base electoral sin pagar costo alguno. Ahora mismo está endureciendo las normas para el refugio, haciendo prácticamente imposible que una persona procedente de territorio mexicano pueda solicitarlo en la frontera con EU.
Veo un panorama de alta turbulencia en 2019 cuando se inicie el proceso de ratificación legislativa del T-MEC. La retórica antimexicana alcanzará altos decibeles. Anticipo también en las redes sociales que Trump amenazará con cerrar la frontera sur de Estados Unidos, señalando a las caravanas como el apocalipsis.
Tenemos que tomar en serio todas estas señales ominosas. La definición de los intereses nacionales de México y su defensa en el exterior pasa por conocer mejor a la compleja sociedad estadounidense.
Y al mismo tiempo, recordar que la sociedad de Estados Unidos no es monolítica y que necesitamos estrechar lazos y alianzas con los sectores que sí quieren trabajar con México: empresarios, empleadores, gobernadores, alcaldes, académicos, artistas y ciudadanos que seguirán apostándole a que los valores de apertura, tolerancia y convivencia civilizada prevalezcan sobre el supremacismo y la xenofobia.
Profesor asociado en el CIDE.
@ Carlos_Tampico