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Para Tatiana Clouthier, con
mi admiración y reconocimiento
“Presidente Trump: si sus recientes declaraciones derivan de una frustración por asuntos de política interna, de sus leyes o de su Congreso, diríjase a ellos, no a los mexicanos. No vamos a permitir que la retórica negativa defina nuestras acciones. Sólo actuaremos en el mejor interés de los mexicanos”.
Esta ha sido probablemente la declaración de EPN más celebrada a lo largo de su sexenio.
Lo bueno es que muchos mexicanos se hicieron eco de sus palabras y sintieron que por primera vez contestaba con dignidad y firmeza a las invectivas racistas e insidiosas del inquilino de la Casa Blanca.
Lo malo es que podríamos usar exactamente la misma construcción verbal para reclamarle al Presidente de la República su destructiva injerencia en el camino hacia las elecciones del 1 de julio de 2018 y decirle:
Presidente Peña Nieto: si la burda operación de la PGR para descarrilar al candidato presidencial Ricardo Anaya, y su presión a integrantes del TEPJF para imponer al Bronco en la boleta electoral, derivan de su frustración porque su candidato José Antonio Meade está en tercer lugar, diríjase a él, y no trate de impedir que los mexicanos votemos libremente.
Los mexicanos sabemos de qué lado masca la iguana. Ni el encargado del despacho de la PGR, ni los cuatro magistrados del Tribunal Electoral actuaron motu proprio. Esas decisiones no podrían llevarse a cabo sin el conocimiento y consentimiento de Los Pinos.
Entiendo que a @EPN no le faltan razones para sentirse frustrado:
1. Sus reformas constitucionales, presentadas como un logro no alcanzado en los cuatro sexenios anteriores, o no han madurado, o están bajo amenaza de ser revertidas, especialmente la educativa y la energética.
2. Sus esfuerzos para persuadir a Donald Trump en el sentido de adoptar una actitud constructiva en la relación bilateral se han topado con la construcción del muro fronterizo.
3. Su sexenio quedará marcado por escándalos de violencia, denegación de justicia y de corrupción, rodeados por un halo de encubrimiento e impunidad: Ayotzinapa, Tlatlaya, Tanhuato; la Casa Blanca, la Estafa Maestra, Odebrecht, OHL, Higa; el Secretario Socavón Gerardo Ruiz Esparza, Javier Duarte, César Duarte y un largo etcétera.
4. Su mayor obra de infraestructura, el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, ha sido señalada por la Auditoría Superior de la Federación por acumular sobrecostos sin sustento y servicios no comprobados, entre otras irregularidades encontradas a la empresa responsable de la administración del proyecto.
5. Su legado corre el riesgo de estar marcado por su empecinamiento en imponer contra la razón y por la fuerza sus designios políticos personales y de grupo en la elección presidencial de 2018, lo que puede sumir a México en una gravísima crisis de Estado.
Usted se muestra confiado entre los de su entorno, pero fuera de éste es la imagen de la desesperación, ante la evidencia de que su candidato será derrotado. Corrieron a Santiago Nieto, titular de la Fepade; dejan vacantes la Fiscalía General y la Anticorrupción, y ahora hacen del tribunal un #ÁrbitroCarnal.
Tiene razón mi colega @carlosbravoreg, con la orden al INE de registrar al Bronco como candidato presidencial, el Tribunal Electoral nos avisa que:
a) No hay certidumbre en cuanto a las reglas del proceso electoral;
b) Se vale hacer trampa;
c) Esta no va a ser una elección ‘normal’.
Presidente: no vuelque sus frustraciones contra sus propios compatriotas. No incurra en el uso faccioso del poder para secuestrar el interés nacional. No atente contra nuestro derecho de elegir libremente a nuestro próximo presidente.
Profesor asociado en el CIDE.
@ Carlos_Tampico