Hace unos días nos enteramos de que el Instituto Mexicano del Seguro Social, con fidelidad al plan de austeridad propuesto por el presidente de la República, recortaría sus gastos por 4 mil 218 millones de pesos para 2019; lo anterior, por medio de reducciones en el gasto corriente, servicios personales y ahorros del Instituto. En palabras de su director general, Germán Martínez Cázares, este ajuste no repercutiría en la compra de medicinas, material de curación, contratación de personal médico ni en la infraestructura propia del instituto.

Resulta curioso el anuncio de este recorte a la vez que Andrés Manuel López Obrador dijo que habría un aumento de 50 mil millones de pesos adicionales a los que se autorizaron el año pasado, de los que se vería beneficiado tanto el IMSS como el ISSSTE; y es que esta decisión hace más sentido cuando tu país tiene la menor inversión en salud por persona de los 35 países que integran la OCDE (México gastó $1,080 por persona cuando en promedio los países de la OCDE destinan $4,008).

Si bien el problema en el sector salud no se arregla únicamente con recursos, es importante señalar que existen aún múltiples ventanas de oportunidad que la misma OCDE puntualiza. Por ejemplo, países con un crecimiento similar al nuestro destinan un porcentaje considerablemente mayor de su PIB. Mientras México invierte el 5.9% de su PIB a la salud, países como Colombia utiliza el 7.2%, Chile 8.1% y Costa Rica 9.1%. Lo anterior deriva en que México tenga uno de los gastos de bolsillo más altos del mundo y el segundo de la OCDE.

Si bien, a través de políticas públicas se ha atacado importantes problemas de salud en México, como lo son la obesidad (segundo lugar de la OCDE) y sobrepeso (primer lugar de la OCDE), es necesario ejecutar acciones concretas en contra de este padecimiento y las enfermedades crónico-degenerativas que derivan del mismo. Se requieren estrategias de amplio alcance multidisciplinario que aborden los factores determinantes del sistema nacional de salud mexicano, y cambiar el modelo de atención a uno enfocado en la prevención. Sí, mejoremos las condiciones de nuestros prestadores de servicios médicos en el sector salud; sí, aboguemos por una distribución más equilibrada de los recursos a lo largo del país; pero primero, definamos una estrategia viable que realmente vele por el bienestar de los mexicanos, y entonces sí podremos hablar de recortes o aumentos de recursos.

Analista.
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