Rodada por Rock 66

La ruta a seguir es Rock 66, el primer bar temático paraguayo dedicado a los amantes de las motocicletas. Para conocer este espacio solo tienes que hacer una escala en el barrio de la Recoleta, en la capital asuncena; sin duda, un excelente pretexto para que te decidas a emprender la rodada hacia Sudamérica.

A tu llegada, seguro te unirás al rugir de las máquinas que se concentran en el estacionamiento del lugar. Para darte la bienvenida, aparece una Harley-Davidson Panhead, conocida 
como “Capitán América”, similar a la que usó Peter Fonda en la cinta “Easy Rider”, considerada un símbolo de la contracultura de los 60.

Pero no es la única hostess en la recepción. A un lado, sobresale la silueta de una Triumph Thunderbirfd 6T, idéntica a la que acompañó a Marlon Brando en su papel de Johnny, el carismático líder de un grupo de motoristas rebeldes en “The Wild One”, de 1953. La película, así como la imagen del actor con su boina y chamarra de cuero, se convirtieron en todo un ícono de la industria cinematográfica.

Itito Ramírez, uno de los socios, cuenta a Autopistas de El Universal, que la idea de abrir este negocio se le ocurrió a un viejo amigo mientras participaban en una reunión con amantes de la marca Harley-Davidson. Pero fue con su compañero de ruta, Gustavo Vigo, que el proyecto se materializó en Rock 66.

“Nuestro bar es un hito en Paraguay, tomando en cuenta que realmente no tenemos una historia motociclista y, por lo mismo, fue complicada su decoración. Como arquitecto y viajero, investigué otros lugares para darme una idea, así que traté de conseguir motos fuera de circulación, piezas originales para poder armarlas y visité Estados Unidos, donde conseguí más artículos que también forman parte de la decoración”, comparte.

En las entrañas del motor.

Después del encuentro con las primeras “nenas”, tu andar hacia el interior de Rock 66 es sobre un “Turbo Lover”, de Judas Priest, para reafirmar el amor que se tiene por las motocicletas; una probadita de la música que se programa en el lugar.

¡Oh sorpresa! Ante tus ojos aparece colgada una Harley-Davidson WLA de 1943. Ramírez explica que fue una de las que se fabricaron exclusivamente para los combatientes de la Segunda Guerra Mundial. Entre la multitud aparece una más de la marca, se trata de una belleza de 1966, cuya maquila lleva la mano de obra italiana.

El potente riff de Jimmy Page da vida a “Whole lotta love” de Led Zeppelin, mientras admiras a la “chica” más simbólica del recinto. Se trata de una Honda de 1970, que, de acuerdo al anfitrión, representa las primeras máquinas accesibles al pueblo guaraní.

“Ese modelo es emblemático para todo nuestro país, fueron las primeras motos que llegaron durante la década de los 70. Una pieza como ésta no podía faltar en el bar, realmente representa un ícono para nosotros”, expresa.

El sabor del acero.

Un bombardeo de música de los 80  y 90 motivan a pedir unos tragos. Se sugiere la bebida más solicitada, nada más y nada menos que una margarita servida en un recipiente grande para colocar en su interior, una botellita de cerveza; la mezcla es una explosión al paladar.

Una sorpresa inesperada. A un lado de la barra, modelando su escultural figura, aparece una Heritage custom 2014. De todas las motos que adornan el establecimiento, es la única que sale a rodar. Su dueño, el arquitecto Ramírez, la personalizó a su gusto y con ella corre distancias largas durante sus viajes.

Las emociones que provocan estas motocicletas despiertan el apetito; para seguir con el corazón contento, la especialidad de la casa es la picada, que lleva el nombre del bar, la cual se sirve con pescado, pollo, carne, queso, fiambre, huevo de codorniz. Es la más completa. Sin embargo, el menú es variado, también ofrece pizzas, sushi y burritos, entre otras delicias.

“Trat´s all right, mama”, seguida de “Heartbreak hotel”, hacen mover a los rockanroleros durante un tributo a Elvis Presley. Cada viernes distintas bandas suben al escenario para recordar los dichosos 50, 60, 70 y más. Y bueno, así se disfruta de una velada de puros clásicos durante tu rodada por Rock 66.