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“Locura es hacer lo mismo
una y otra vez, esperando obtener
resultados diferentes”.
Albert Einstein
En 2015, Michael Moore produjo un documental de sátira profunda, divertida y aleccionadora en temas de políticas públicas, intitulado ¿Qué invadimos ahora?, donde orquesta una expedición por el mundo para “saquear” distintas soluciones que puedan ser aplicadas a los problemas internos de Estados Unidos. Citando la sinopsis: “Los países que recorre el documental son Italia, Francia, Alemania, Finlandia, Eslovenia, Túnez, Noruega, Islandia y Portugal. Moore visita Finlandia para conquistar el excelente sistema educativo, Francia para poder apreciar la importancia de la buena alimentación en la educación primaria, Islandia para aprender del importante papel de la mujer en la sociedad, Alemania para adoptar la capacidad de autocrítica y de no olvidarse de los propios errores, Italia para aprender a disfrutar de la vida, Portugal para ver la acción de una policía más humana y una sociedad más libre, Eslovenia para comprobar los beneficios de una universidad gratuita para todos y Túnez para observar cómo llevar a cabo una revolución y no perderse en el camino”. Cabe mencionar que no soy fan de los proyectos realizados por Moore; de hecho, me parecen en promedio parciales y sumamente manipuladores, por decir lo menos. No obstante, el presente es un trabajo provocador “de mejores prácticas” —relevantes, en especial, para la era Trump. Moore bien podría hacer una segunda versión en 2019 e incluir un caso paradigmático... el de México: “En política migratoria”. Marcelo Ebrard ha abogado por un tipo de Plan Marshall para mitigar los retos migratorios, cambiando la estrategia tradicional e inoperante de muros y amenazas y atendiendo el problema básico de bienestar y movilidad social. Así, con un fondo compuesto por recursos de EU, México y los países centroamericanos, la iniciativa consiste en impulsar el empleo y hacer —en la medida de lo posible— económicamente innecesaria la migración de los ciudadanos. “Se destinaría el 75 por ciento para crear empleos y el 25 por ciento para el control fronterizo”, explicó nuestro Secretario de Relaciones Exteriores; lo que implica, por fin, poner “la carreta por delante de los caballos” y no viceversa —como tradicionalmente se había hecho. Ello conlleva comprender una máxima en políticas públicas: problemas colectivos requieren de soluciones colectivas (vgr. cambio climático, drogas, agua y, obviamente, migración). Por supuesto, el reto de contener la presión migratoria de México, Centroamérica y Sudamérica es complejo y multifactorial (involucra, entre otros, aspectos educativos, religiosos, económicos, familiares, lingüísticos, ambientales, culturales y de género). Esto indica que no hay una sola política pública para mitigar el problema en su conjunto; sin embargo, la propuesta por Marcelo Ebrard es condición necesaria para empezar a girar el timón en la dirección correcta. El rumor de que Jared Kushner haya tenido una reunión pública o privada en México o en Japón para dicha causa, nos debe tener sin cuidado. Lo relevante es lograr dicho acuerdo y ayudar a millones de ciudadanos a conseguir prosperidad incluyente. De ser exitosa la implementación del plan; le daríamos, además, una razón a Moore para que en su próximo documental exhorte a los Estados Unidos a dejar de proponer murallas y comenzar a tender polos y puentes de desarrollo.
Doctor en Políticas Públicas.
Embajador de Buena Voluntad UNESCO